El belén napolitano deriva del pesebre napolitano, una tradición navideña de origen medieval con lugar en Nápoles basada en la escenificación artesanal del misterio. Un exquisito gusto, paciencia, tiempo e ilusión han sido los ingredientes básicos para que en estas navidades disfrutemos de un belén napolitano en nuestra ciudad. En la iglesia de San Juan de Dios, delante del retablo mayor, se puede contemplar esta maravilla. No es posible describir con palabras la sensación que produce contemplar las magníficas figuras, distribuidas en ese gran espacio decorado con tantos detalles, minuciocidad y maestría que se puede pensar que solo un belenista de primera categoría es capaz de conseguir un resultado tan extraordinario. Es pura magia donde la luz juega un papel principal. Y si alzamos la vista, en uno de los retablos colaterales que custodian el belén, están San Juan de Dios, no en vano, la orden de estos Padres Hospitalarios estaba instalada en nuestra ciudad hacia la mitad del siglo XVII.
Es fácil quedar extasiados ante este belén que será el huésped de honor durante algunos días, en pleno centro de nuestra ciudad, cobijado por un bellísimo marco lleno de historia y hospitalidad. La inauguración oficial será la tarde del próximo día 15. El empeño y cuidado conque el Hermano Luis, bajo cuya responsabilidad se gestiona la residencia de mayores, ha organizado el evento, emociona.
Le gusta hacer muy bien las cosas, quiere que el alcalde acuda al encuentro con los mayores que van a venir en un autobús adaptado, disfruten, se sientan queridos y vean que también tienen su espacio dentro de una ciudad que consideran suya. La merienda programada y los bellos villancicos que van a ofrecer la Coral de San Sebastián, les hará pensar y sentir que la Navidad es también para ellos, que les sigue sonriendo el niño Jesús, tierno y pequeño desde la humildad de su pesebre.
