Estamos confusos ante la magnitud del fraude de la empresa estrella del motor alemana. La W ha caído como la estrella más brillante haciéndose añicos por la ambición desmedida y engañosa de sus dirigentes. Ahora toca ir cuesta abajo, después de estar en primer lugar cuando hace un semestre le arrebató la primacía a Toyota. Quién ha descubierto el trueque en la emisión de gases, apenas se nombra. Parece que los gigantes eran intocables. Y se desmoronan cuando llevan algún secreto oscuro que alguien acaba por descubrir.
Pues algo así me ha ocurrido con la campaña catalana. Me preocupó bastante en sus inicios. La manifestaciones multitudinarias no dejaban lugar a dudas de que el sí se impondría de manera clara y aplastante. No es que hayan cambiado de opinión y apoyen al bloque constitucional, pero el fallo ha salido a la luz de manera clara. Evitando hablar de los problemas reales de Cataluña, un Artur Mas envuelto en la bandera de la independencia y patriotismo autonómico ha vendido el sueño de libertad, que lo ha recogido bien el obispo de Solsona y grandeza que les ha hecho pensar que los catalanes son los más importantes y meritorios de España y merecen lugar aparte.
Y se deja en el tintero la economía, los fraudes de su mentor e hijos, el déficit de sus arcas y todo ello unido a que ocupa el número cuarto en la lista podría hacer presagiar que va de cobardía. Sí que tira la piedra pero esconderá la mano. Si todo esto se adereza con una campaña pobre y raquítica, mal imitando a los indios del Oeste de aquellas épicas películas que veíamos en la sobremesa de los sábado hace más de cuatro décadas, y las contestaciones que ha recibido en tono bufón y merodeando el ninguneo en casi todos los contrincantes, me ha quitado bastante el miedo. La carcajada la he tenido que exteriorizar cuando han anunciado que Belén Esteban y otra del gremio del Sálvame, pero independentista, van a ser las protagonistas de un debate televisivo. Yo creí que Cataluña era seria y en estos momentos está de chiste. Me parece que el día 28 vamos a estar igual que hoy.
