Efectivamente, mi carta es de denuncia: los vecinos de la calle San Miguel y aledañas ya no tenemos el contenedor para reciclar el papel y el cartón que se situaba junto a la iglesia de San Miguel. Lejos de completar la oferta de reciclaje de la calle con un contenedor de vidrio, hemos perdido el de cartón. El tren del reciclaje ha parado en nuestra calle, sí, pero para llevarse el contenedor azul.
¿Obedece esto a algún motivo racional? ¿O político acaso, como quienes afirmaban, en una ecuación del todo errónea, que aquellos que más reciclan deben tener mejores medios para seguir reciclando, condenando a la eterna inopia del reciclaje al resto de vecindarios de Antequera?