Dicen que el poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente. Esta máxima debe tener razón, puesto que, tras cada hoja que arrancamos del calendario, se pone más de manifiesto que el tener la autoridad sobre otros, tiende a degenerar la moral y la integridad de las personas. Esto también nos sirve como recordatorio de la importancia de la rendición de cuentas, para prevenir los abusos de poder.
Las consecuencias penales que deban tener los actos de corrupción que envuelven el panorama político actual, si al final la justicia, hace justicia, que ese es otro cantar… no deben empañar las responsabilidades morales y éticas que deben hacer responder de sus actos, a las personas ejemplares que deben ocupar los cargos políticos que dotan sus actos de una carga de poder cada día más grande. Si lo esgrimido no se cumple, es decir, si al final la justicia no hace justicia, y la moral y la ética maltratada no se ven restauradas, si al final no acompaña consecuencia alguna a lo que en estos momentos vivimos, habrá que cuestionarse que las personas que ocupan los cargos que les dotan de poder, no deberían haber llegado hasta ahí, porque se habrá demostrado que no eran tan ejemplares.
Incluso otra frase hecha, que por repetida, se nos hace vieja y se diluye… que decía que los políticos son un fiel reflejo de la sociedad, cada día tiene menos razón. Cada vez hay menos trabajadores, empresarios o autónomos en la carrera política de un puesto en listas provinciales, autonómicas o nacionales de un partido político, se salva aún la política local. Las diputaciones, los parlamentos y el congreso, están repletos de gente de partido, de personas que han visto en la política, no ya una forma de vida, sino la única forma de poder tener poder, de jóvenes que llevan desde las juventudes en la formación política, y que de ellos se nutren sus filas… la cantera y la disciplina de partido ha sustituido al pensamiento crítico y al debate interno. Esto debería de hacer reflexionar a la sociedad que es el reflejo de sus políticos. ¡Gracias siempre!