Mucho oímos hablar de inversiones, pero en pocas ocasiones prestamos atención a una de las más importantes, a: invertir en nosotros mismos. Es primordial rentabilizar nuestro tiempo libre, invirtiendo en salud.
Nuestro cuerpo, no es reemplazable como lo es un coche, una lavadora o el propio ordenador o teléfono, el cual tan habitualmente cambiamos. No somos un brazo, ni una pierna o un pulmón, o riñón, somos un todo, un cuerpo el cual nos ha de llevar por la vida y dependiendo de la inversión que en él hagamos, así él nos prestará el servicio. Un buen objetivo no es solo cumplir años, sino hacerlo con las mejores garantías y… prestaciones de servicio para con nosotros y nuestra familia, no olvidemos que cuando estamos enfermos, sufrimos nosotros y nuestra familia y amigos también lo hacen.
¿Para qué cuidarnos, total de algo hay que morir? Esta es una muy fácil y cómoda forma de eludir responsabilidad y trabajo, cuidar de nosotros requiere de un esfuerzo diario y no queremos ni tenemos ganas de emprender las incómodas tareas que tal inversión nos va a requerir.
Pero… ¿qué nos ocurre cuando enfermamos? ¡Al médico! Como si éstos profesionales de la medicina poseyeran en su diario quehacer, una varita mágica curalotodo. No, esto no es así. Y yo insisto, ¿Qué hacemos nosotros por permanecer sanos el máximo de tiempo?
El incrementar las cifras de mi DNI me ha llevado a comprobar la efectividad de mi teoría, no tengo más que observar un poco mi entorno social y ver a muchas de las personas, con los mismos veranos cumplidos y con menos, la “mala” suerte que han tenido. Porque, es cierto yo he tenido mucha suerte, me gusta mucho la bicicleta, esto mismo me han dicho algunas veces. Sí claro. Pero cuando a las 16,30 h. pongo piés en pedales y salgo a esos montes al raso, lo hago porque sé a ciencia cierta que permanecer en casa, “cómodamente” me trae peores resultados.
Además, ¿por qué no habría de fumar? Total de cáncer también mueren los que no fuman. Cierto, pero las estadísticas están ahí y los números al igual que las loterías aumentan a medida que compramos más papeletas. Por tanto es nuestra responsabilidad, el decidir en que invertimos y cuánto estamos dispuesto a arriesgar, es mucho más económico y sumamente más reconfortante el placer de poder disfrutar de una capacidad física aún después de cumplida una cierta edad, es sumamente más reconfortante el poder disfrutar un lunes de una buena sensación física y emocional que el no andar con un fuerte dolor de cabeza y el estómago e hígado destrozado y ya no les cuento de esas personas que la tos, no las deja ni en verano, ¡sin estar resfriados!, sin capacidad vital ni para subir al segundo piso por las escaleras el día en que el ascensor esté averiado. No, eso no es disfrutar, al menos es mi humilde opinión, es como les digo mi experiencia.
Sí, aprovechando el plenilunio, para motivarnos a pedalear inclusive en una calurosa noche de la pasada semana, una veintena de socios a eso de las 22,30 h. salíamos de Plaza Castilla y cuando las terrazas estaban abarrotadas de personas tomando sus refrescos… nos poníamos al pedaleo, casi tres horas más tarde, regresábamos después de atesorar un buen ejercicio, unas buenas risas, una buena experiencia y desde luego, con ganas de tomarnos alguna cerveza fresquita en las terrazas que aún permanecía al completo, algunos socios así lo hicieron, otros preferíamos irnos a dormir dado que al día siguiente la actividad nos requería de nuevo.