La noche en blanco tiene sus orígenes en París en el año 2002, como iniciativa para acercar la ciudad y la creación cultural a sus habitantes. Ésta se extiende por capitales europeas, y ahora le llega el turno al interior de la provincia de Málaga.
Ante el ocio nocturno, se busca promocionar los recursos propios de las ciudades, con un plus de cultura, arte, comercio y negocio.
Antequera lo intentó la pasada Navidad, pero apenas tuvo respuesta. Ahora, con el respaldo institucional y con antelación, parece que va en serio.
Puede servir para buscar el reclamo, al menos una noche en cada estación, y así abrir las puertas para esas poblaciones cercanas, que pueden ser el maná que el comercio precisa.
De todos, desde el político al comerciante, depende que tenga buen “gancho” y que la ciudad recupere su cabecera comarcal.