domingo 24 noviembre 2024
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El último concierto

Los que amamos la música somos conscientes de la enorme prolongación vital de nuestro ser gracias a ella. Somos música interna y externamente en armonía con el universo de las sensaciones. En un viaje en tren, al encuentro del nuevo año, visioné más tranquilamente “El Último Concierto”. La magia del viaje, las fechas y la magnífica exposición de la trama por parte de los protagonistas, destacando a un enorme Christopher Walken, me dibujaron un final de año muy especial. 
 
La película es una clara exposición de que nos empeñamos en plantear la vida como una búsqueda de la felicidad como meta del camino, cuando la felicidad es el recorrer de ese camino. Perdemos el tiempo en planteamientos. Cierto es el dicho de que nos entra ansiedad pensar en el futuro y depresión pensar en el pasado. El final de la película es una maravillosa lección de vida. ¿Vivimos nuestras vidas?, ¿sabemos quién somos…? Hace unos días, tras una merienda, comentaba con un amigo que a veces habíamos coincidido en el mismo pensamiento… ¿Después de esto qué? o ¿esto para qué…? Cuando uno llega a este tipo de preguntas, es quizás que comienzas a comprender el por qué de tantas cuestiones. Toda una paradoja, ¿no? 
 
La vida es como el recorrido de una melodía por un pentagrama. Al comienzo cuando aprendemos a interpretarla, atendemos a su técnica, su tempo, sus matices… pero en sus continuas interpretaciones, las anotaciones del autor e incluso las nuestras como intérprete no son necesarias, aparece la ansiedad intentando encontrar, pero es entonces cuando en el límite de ese desazón, el ser humano descubre el sentido, la conexión, el fluir verdadero de las sensaciones estudiadas pero no vividas y es entonces cuando la vida se vuelve vida, olvidas las anotaciones y comienzas a hacer sonar cada nota, cada silencio, fundiéndote en la armonía de la creación, y lo entiendes, no sabes explicarlo, pero lo sientes. Entonces llega ese momento, el fin del principio… transmitir la sensibilidad y la sutileza de nuestra existencia.
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