No pudimos dormir casi en toda la noche. Y al despertarnos, vimos cómo ramas y hojas cubrían calles de la ciudad. Me sorprendió ver a niños acercarse con el móvil a árboles con ramas a punto de caerse. Creo que antes estas circunstancias se debería de actuar y vallar o precintar las zonas afectadas. No pasó nada, por suerte, ¿pero y si se llegan a caer las ramas encima de los que paseaban por el Paseo?
CARMEN PÉREZ RUIZ