Sentimientos diseñados para expresar lo que sentimos cuando enviamos o recibimos un mensaje sin más complicación. Ningún sonido, todo sonrisas o lágrimas, cariño, peticiones de perdón, asombro o enfado. Todos los que queramos poner. Silenciosos gestos que resumen se supone nuestro estado de ánimo. Puños cerrados en actitud de fuerza, ojos que miran fijamente y que no pestañean. Gafas de sol que ocultan misterios que se adivinan.
Lunas crecientes, menguantes, llenas o vacías, sonrientes o melancólicas. Soles amarillos brillando por encima o por debajo de los destellos de estrellas. Mares con olas que no salpican, con barcos que no navegan ni sienten el viento o la brisa en sus velas. Polifemo no sabría que hacer con ellos. Cohetes que despegan hacia ninguna parte o hacia esa luna creciente que oculta su cara gris en espacios que no existen. Trenes de alta velocidad que no recorren ni los pocos milímetros de una pantalla. Pelotas de tenis que no botan, que no traspasan la red, que no cometen faltas, que no tocan las raquetas con las que conviven, que nunca se desgastan, ni se deforman, no saben lo que es un encordado nuevo. Música alojada en notas estáticas en claves de Sol sin rastro de sonido. Guitarras con cuerdas mudas. Batidos de chocolate que no saben a nada, helados de vainilla que no se derriten, cafés que se evaporan sin llegar a despejar los sueños. Copas de cava que entrechocan sin que lleguemos a oír el sonido cristalino de su esbelta figura, ni nos pique la nariz por el burbujeante contenido.
Medallas de oro que enviamos o recibimos sin haber participado en nada olímpico o portentoso. Copas relucientes que elevan a número uno un esfuerzo, un trabajo, un amor para el que no es suficiente muchos corazones rojos sin latidos, sin pulso vivo. Margaritas, rosas, lianas y tréboles que no producen emociones de estornudos ni olores selváticos. Animales grandes y pequeños con la misma envergadura, que no ladran, gruñen o corren. Junglas desiertas.
Relojes con horas estáticas, sin intervalos de minutos. Aquí se detiene el tiempo.
