¿Qué son las Endorfinas?. Son pequeñas proteínas derivadas de una singular glándula ubicada en la base del cerebro.
Una adecuada cantidad de endorfinas en nuestro torrente sanguíneo nos proporcionará una importante mengua del dolor físico de cualquier característica que nos pueda aquejar y por el contrario nos aumentará nuestra ilusión por la vida, el amor hacia nuestros seres queridos, inclusive estaremos disfrutando con las cosas más sencillas que a diario nos pasarían desapercibidas.
Si bien son muchos los factores psicológicos y sociales los que determinan nuestro estado de ánimo, es la endorfina la que juega el más importante papel, es por ello que nos debemos ocupar de vigilar concienzudamente de los mecanismos que determinan su producción. La endorfina cumple un papel muy importante en el equilibrio entre la depresión y la vitalidad. Está considerada como la verdadera «droga» de la felicidad. Teniendo en cuenta además, que se trata de una sustancia química natural producida y elaborada por nuestro cuerpo; ésta, no causa ningún efecto secundario y les puedo asegurar que si la actual sociedad del consumo nos empuja o induce a sentirnos plenos a través del consumo de éste o de aquél otro artículo del momento, no debemos olvidar que la felicidad plena la tenemos que buscar dentro de nosotros mismos, buscando y estimulando la producción de endorfinas… por ejemplo.
Enfrentándonos al día a día con actitudes positivas, teniendo en cuenta que casi un tercio del día lo dedicamos al trabajo, sería importante que lo desarrollásemos buscando actitudes gratas que nos redunden en un rendimiento pleno, aumentando con ello nuestra producción de endorfinas.
Los expertos recomiendan la realización de un moderado y continuo ejercicio al aire libre; caminar, correr, bicicleta, natación. A ser posible realizarlos en grupo con amigos con los que poder charlar y hacer frente a la desmotivación de hacer ejercicio. La risa es un excelente estimulante del cuerpo, tanto físico como emocional, mejora la respiración, libera la tensión y es una gran productora de las endorfinas. Debemos abogar por el buen humor, rescatando la capacidad y el derecho a podernos reír con desparramada continuidad. Mantengamos siempre vivo algún hobby, ello nos llevará a realizar esa labor que nos dará placer y que nos elevará inmediatamente la producción de las aclamadas endorfinas.
Visualicemos siempre el lado bello y positivo de las cosas, poniendo a funcionar nuestros cinco sentidos… Síííí son cinco. Repasémoslos a diario buscando todo lo bueno que nos rodea. El tacto de la piel de un bebé, ese olor que tanto nos hace rememorar, esa música tan especial, aquellas migas cocinadas a fuego de leña de olivo encima de las desusadas trébedes, el bello rostro del bebé ahíto de leche materna.
Dejemos fluir la mente, las endorfinas se segregarán en mayor cantidad y facilidad cuando dejemos libre nuestra mente de pensamientos que nos tensan y nos agobian. La práctica de técnicas de relajación, la meditación o sencillamente un paseo con la mente holgada, hará que fluyan las tan deseadas endorfinas claves de nuestra felicidad.
Como dijo el sabio: La vida no es lo que es, sino más bien como la vemos o la vivimos.