De más está decir que el problema del agua no es nada nuevo. Sin embargo, conviene que se recuerde aquí algunas costumbres, hábitos muy arraigados en el día a día que, con pequeños cambios, se podrían ahorrar muchos litros de ese preciado y necesario líquido. Es verdad que no hay restricciones en Antequera y abrimos el grifo con descuido dejando correr el agua como si tuviera prisa por llegar a alguna parte. Pequeños riachuelitos en el interior de cada hogar buscando con desesperación una salida. Pero la realidad de muchos pueblos de Andalucia es otra. Sin ir más lejos, esta semana hemos visto a través de la televisión que en varios pueblos de Córdoba hay que repartir botellas para el consumo, un máximo de cinco litros por persona para cocinar y beber. Si todos los andaluces tomáramos esas medidas, ¿tendríamos las cuencas tan secas?
Por mucho que nos expliquen los meteorólogos, el cielo no quiere llorar, no muestra interés alguno en refrescar el ambiente tan seco en el que vivimos, como si nos hubiese dado la espalda, igual que si pensara que debemos apañarnos solitos ante el drama que se nos avecina. Y la agricultura como centro y rifirrafe de las administraciones que no se entienden. Doñana es solo el pretexto, aún a sabiendas que es un ecositema muy necesario para la vida de plantas y animales de la zona.
La mesa del agua de la que tanto se habla no existe. Por una sencilla razón: miles de hectáreas incorporadas al sistema de riego, más de cien campos de golf en nuestra comunidad con unas necesidades de agua casi excesivas y un turismo que crece de forma espectacular. El agua se está haciendo esperar y el desespero y la ruina de muchos productores es una realidad que parece a corto plazo irreversible. La aridez de la tierra va ganando terreno de manera alarmante y las soluciones no parecen estar cercanas, todo lo contrario, la escalada de los precios sigue imparable y el miedo a que en un plazo medio de tiempo las restricciones se hagan habituales, sigue presente. ¿Hay alternativas? O vamos a convertir el agua en moneda de cambio. ¿A cuánto se cotizan las acciones de agua?