Quince nuevos profesionales de la medicina para los centros de Atención Primaria van a venir a Antequera. Creo que para quedarse. Aunque todavía hay gente un poco boba, entre la que me incluyo, que piensa que las necesidades de la población están al margen de las luchas de poder, y que es una simple casualidad que la Junta se muestre tan dadivosa teniendo en mente las urnas. Y muchos más, hasta completar la friolera de 282 en Andalucía.
Como si el SAS se hubiese contagiado de la euforia de Susana Díaz cuando hay que rendir cuentas. Sin embargo, de tanto fijarnos en lo que se ve, se está descuidando mucho lo que no se ve. Y no se ve porque la gente es muy prudente y no quiere verse envuelta en ningún tipo de tejemaneje. Concretamente el Hospital de Antequera tiene, por las circunstancias que sea, una reducida plantilla en Radiología y están atrasando, mejor dicho, anulando servicios necesarios para los pacientes.
La carta la recibes con un “no se le puede atender en octubre y se le avisará”. ¿Cuándo? Si en el momento que el equipo esté en su totalidad tienen su programación completa los meses siguientes. Y te informan que está anulando muchas citas de octubre, si saber con certeza si noviembre corre igual suerte.
La disconformidad es una carta de protesta que nadie quiere firmar. Probablemente el malestar se refleje a la hora de emitir el voto. Pero moviéndose ahora entre la incertidumbre y la alegría, los políticos no se pueden entretener en lo pequeño.Mientras esto ocurre. Las mamografías no se realizan. Quienes hemos sufrido cáncer de mama, no podemos hacer la visita obligada a oncología que es la que nos da cuartelillo para seguir viviendo.
Las políticas de Igualdad y Salud que es posible que sean mejorables, no se pueden reducir a anuncios de bombo y platillo durante el mismo tiempo que media entre la convocatoria de elecciones y la votación. Y como siempre la foto de cabecera repleta de personalidades. ¡Tantas hacen falta para anunciar que hay más médicos disponibles!