La escarlatina es una enfermedad infecciosa que era muy temida en la antigüedad, reflejo del argumento de numerosas novelas y películas. En la actualidad pierde cierto interés porque, gracias a Dios, se puede curar con un tratamiento antibiótico muy efectivo.
La escarlatina está producida por el Streptococcus pyogenes del grupo A, normalmente afecta a personas menores de 20 años. De entrada esta infección se produce en la garganta, recordemos que estas bacterias estafilocócicas habitualmente se encuentran en la nariz y la garganta. Realmente es una infección por vía respiratoria, por transmisión directa al hablar o al estornudar.
Debe su nombre al sarpullido de color rojo muy áspero y característico que produce en la piel, que aunque empiece en el pecho y el cuello posteriormente se puede propagar por todo el cuerpo. Son especialmente significativas y muy útiles para el diagnóstico estas lesiones en los codos y las axilas. También puede presentar otros síntomas como dolor de garganta, nauseas, vómitos, inflamación de los ganglios del cuello, dolor de cabeza y fiebre alta.
La escarlatina no suele presentar complicaciones, pero en raras ocasiones la infección puede empeorar con neumonía, otitis, sinusitis o incluso glomerulonefritis. Como en el caso de otras enfermedades infecciosas, el diagnóstico precoz es muy importante para establecer rápidamente el tratamiento.
Teniendo muy en cuenta la sintomatología, el diagnóstico se confirma con un cultivo de garganta. El tratamiento incluye antibióticos como la penicilina G, las cefalosporinas de primera generación o la eritromicina en el caso de alergia a penicilinas. Para finalizar, hoy les recomiendo una tranquila velada que incluya teatro y cena entre amigos, mejor aún si es en pareja.