Se mueve, está viva y preciosa. Tiene motivos suficientes para enganchar, y variedad de ocio. Así que me niego en rotundidad admitir que está triste y aburrida y la juventud no tiene donde divertirse. Sin ir más lejos el próximo día 23 hay anunciados varios actividades, tres pregones cofrades, un desfile de trajes de flamenca, y en el Teatro Torcal ponen en escena «Los marqueses de Matute».
Este abanico posibilita adecuarse a distintas preferencias y a casi todos los bolsillos, los que no son gratuitos, son solidarios, sin margen para el negocio. Tanto el desfile del cáncer como el teatro, son apuestas generosas de gente que piensa que es posible embellecer el corazón de esta ciudad, y llevar su hermosura exterior, que no es poca, hasta su interior. No hay lugar para el quejido y el aburrimiento, y menos, para dárnosla de cultos e interesantes menospreciando lo que se nos ofrece. Y se nos atraganta la frase hecha que hacemos circular como una coletilla manida y apática «siempre vamos a todo los mismos». Seguro que quienes responden así no van a casi nada y si hay que pagar, a nada. Nos acostumbraron a ofrecernos todo gratis y no supimos valorarlo, desaprovechando oportunidades de recreo interesantes. Ahora que se nos pide una cantidad exigua, y casi siempre está comprometida con algún fin social, nos acordamos del tiempo pasado que no supimos aprovechar.
Desde este rincón del Sol, que es mi ventana personal y mi pizca de luz con la que ilumino esta ciudad, hago un llamamiento a la gente corriente y moliente que se harta de ver lo mismo en la tele y el sábado acuda a donde más le plazca. Si es a los pregones, que se empapen de Semana Santa de la que son enamorados; si es al desfile, imagínense el bien que se hace a todos los que padecimos y padecen esta difícil enfermedad y si apuesta por el teatro, van a divertirse de lo lindo con una obra simpatiquísima y un acto de caridad inmenso a las Hermanitas de los Pobres, que serán las beneficiarias de la recaudación y que están sufriendo la falta de medios para atender como sólo ellas saben, a sus pobres. Antequera tiene gente competente para que acudir a todos los sitios.
