Ante todo tenemos que tener muy claro que un fibroadenoma es un tumor benigno y no canceroso, que por cierto es muy habitual en las mujeres jóvenes. Normalmente se presentan en las mamas, aunque pueden tener otras localizaciones como los ovarios o el endometrio. Realmente la causa que produce un fibroadenoma se desconoce aún en la actualidad, es sabido que los estrógenos aumentan su tamaño y por eso crecen más en situaciones concretas como por ejemplo durante el embarazo.
El saber diferenciar un fibroadenoma mamario de otros tumores es muy importante, físicamente se caracteriza por ser un tumor indoloro, firme, redondeado, bien definido con bordes lisos y fácilmente móvil bajo la piel. El diagnóstico se confirma con una ecografía de la mama, una mamografía y una biopsia si fuera necesario. Puede ser habitual que un mismo pecho presente varios fibroadenomas de diferentes tamaños. Aquí surge una vez más la importancia de la autoexploración mamaria que deben realizar todas las mujeres mensualmente.
Los fibroadenomas no tienen tratamiento farmacológico y no se suelen extirpar, si se vigilan regularmente para llevar un control de su evolución. Recordemos que un fibroadenoma en sí no se considera una enfermedad propiamente dicha. Otra cosa es que si el fibroadenoma aumenta de tamaño o cambia su morfología pueda ser muy conveniente el extirparlo. De cualquier manera, será el médico en cada caso en particular quien decida si se extirpa y cuándo se hace. Estadísticamente la probabilidad de sufrir un cáncer de mama si se tiene un fibroadenoma es ligeramente superior que si no se tiene. Para acabar, no hay nada mejor para felicitar el Día de la Madre que un romántico fin de semana que incluya un fantástico concierto.
