Acabo de llegar de mi recorrido por Escocia, ¡qué maravilla! No he leído prensa española en estos días, pero los españoles que están trabajando allí, los que más he conocido son lo de los hoteles en donde me he alojado o en los restaurantes en los que he comido, no piensan volver aunque les duela el alma, se sienten olvidados por el gobierno de España.
Allí sí tienen un trabajo digno y ayudas en educación, sanitarias, culturales. ¡Ay, aquí se me rompe el corazón!
Regreso. Me encuentro con un sur incendiado. Así que, después de caminos entre verdes acerados, húmedos sentimientos, me toca oler a humo, descuido y recortes.No se va a recalificar el suelo. ¿Será verdad? Por cierto, ¿se dedicará más presupuesto para limpieza y prevención o aumento de retenes?
Subir y bajar escaleras plagadas de voces de otros tiempos. Edinburg, Sterling, Inverness… Regreso. Me doy de bruces con el sadismo asesino de los que matan mujeres. No quiero números autoridades de mi país, quiero soluciones que ya tenían que ser mucho más rigurosas y lo saben. No me sirven las cifras de mujeres muertas o acosadas por sus parejas o sus ex parejas. Palabras y números solamente. ¡Qué pena!
Las muertas se quejarían, les dolería que sus autoridades, algunas de rancio abolengo, y otras de recalcitrantes actitudes, salgan en la foto y luego se vayan a sus casas con la conciencia tranquila.
Se ha pedido que este problema sea una CUESTIÓN DE ESTADO, pero no por tweet, por favor, seamos más rigurosos en esto. Nombres. FadwaTalssi, 29 años, asesinada a navajazos y luego tirada como un despojo, como algo inservible en el coche del asesino. Un coche, una carretera, un hombre que confiesa que la ha matado.
Educación y muchas más cosas que hay que poner en práctica señores y señoras.
