La moral del político se ha perdido y parece no ser necesaria. El nuevo ejecutivo nos da la razón. Pedro Sánchez, máximo representante de la soberbia y la vanidad en España, altivo y chulesco, se ha alzado con la presidencia de España. ¡Felicidades!
Lo ha hecho democráticamente, pero no nos engañemos. El precio que ha pagado debe avergonzar a todos los que dicen ser socialistas. Sánchez ha conseguido ser presidente con el respaldo de los votos de Podemos y con la abstención de ERC (golpistas) y de los proetarras de EH Bildu. Pronta recuperación deseo a la diputada de En Comú-Podem a la que entregaron un ramo de flores, pero una gigantesca corona debía entonces haber estado a los pies de la tribuna del Congreso para honrar la memoria de los más de 800 muertos de la banda terrorista ETA.
Estos políticos no tienen memoria porque muchos no tienen vergüenza. Escuchar a la diputada de ERC diciendo que la gobernabilidad de España le importa un comino y ver el gesto de la señora Calvo y del ya presidente Sánchez reírse, son una muestra de la bajeza humana, cultural e hipocresía de quienes ya nos están gobernando. No me voy a cansar de decir que vamos a un callejón sin salida en el ámbito de lo humano, de la moral, de la ética…
Espero que el señor Bono, otro narcisista, embaucador y manipulador, que nunca conoció el concepto de humildad, vuelva a ver aquel vídeo en el que decía que “a Podemos había que ponerlo en su sitio y su sitio es el comunismo radical, insolidario asentado en el odio social al partido socialista y hay que decírselo con toda claridad”. Al final, el de Salobre, va a ir a misa con los de Bildu, Podemos y los separatistas. En misa espero que no ponga la mano sobre una vela para decir que Chaves y Griñán eran y son inocentes pues de esa no saldrá vivo, más que para que en la Sexta le hagan honores de héroe.
El nuevo gobierno ha pasado pronto a la acción: mediático y controlador va a la purga del poder judicial. Vean los miembros de la mesa: primeros espadas en muchos ámbitos, pero haciéndose a la idea de que sobre el tabloide la autodeterminación y la amnistía que pide Torra pueden fragmentar las patas y hacer saltar la mesa por los aires. No comparto para nada cuanto estamos viviendo, pero entiendo lo que vemos. Nos esperan perlas de todo tipo. Días de gloria con Montero, Iglesias, Garzón…Tiempo al tiempo. Alea jacta est.