Como su propio nombre indica el hantavirus es una enfermedad infecciosa producida por el virus del Hanta. Realmente es una zoonosis, los ratones infectados por el virus del Hanta son los que trasmiten la enfermedad a los humanos. El contagio se produce cuando una persona sana entra en contacto con orina o heces de ratones infectados por este virus. De momento no se ha demostrado que el hantavirus se pueda trasmitir de persona a persona.
El problema de esta infección reside en que al principio cursa con síntomas muy parecidos a una gripe, principalmente tos, fiebre y dolor muscular. El hantavirus evoluciona con rapidez, lo que hace que estos pacientes empeoren notablemente y muy rápidamente, en pocas horas pueden sufrir vómitos, náuseas, dificultad respiratoria con cianosis, hipotensión e incluso insuficiencia renal. Debemos recordar que el hantavirus es una enfermedad grave que puede causar la muerte porque puede desencadenar complicaciones muy serias como por ejemplo una insuficiencia renal o una insuficiencia cardiorespiratoria.
Es muy importante establecer un diagnóstico certero que descarte otras infecciones parecidas al hantavirus. Este diagnóstico incluye pruebas como la radiografía de tórax y análisis de sangre que confirme la presencia de anticuerpos contra el virus del Hanta. Una vez diagnosticada la enfermedad también es recomendable evaluar la función renal y hepática además de valorar el nivel de oxigenación que presenta el paciente. En la actualidad no existe ningún tratamiento específico antiviral contra esta infección, el tratamiento va encaminado a paliar los síntomas y a mantener una buena oxigenación. Hoy para finalizar le deseo una pronta mejoría y recuperación a todas aquellas personas que están hospitalizadas y que con suerte pronto quizá pudieran recibir su alta hospitalaria. Mucho ánimo, ya queda menos.
