Uno nunca se imagina el día en el que tiene que escribir estas palabras, hasta que llega. Hoy, las columnas “Trending Topic” y “Chico de ayer” se funden en una sola para rendir nuestro pequeño homenaje a un gran amante del periodismo, de su Antequera, de su familia, de su periódico El Sol de Antequera.
Yo, como última persona en llegar a la redacción, recordaré a Ángel Guerrero como ese padre que siempre te da consejos para que todo salga bien. Era una persona clave en nuestro día a día, el ojo que todo lo ve: nuestro corrector ortográfico y el alma de cada edición del semanario que tiene usted en sus manos en este momento.
Era el más crítico con nuestro trabajo, pero a la vez el que daba más alicientes para seguir dando a conocer todo lo que pasaba en nuestra ciudad. Siempre tendré presente aquellas correcciones de mis textos, que Ángel leía atentamente y nunca olvidaré aquellos consejos: “Lee siempre dos veces antes de publicar”. Así lo haré, maestro, compañero y apasionado del periodismo que intentaremos seguir haciendo para que desde arriba veas cada palabra, corrijas cada equivocación y vivas el centenario de El Sol. Seguiremos trabajando para, al menos, mantener el listón del periódico tan alto como lo has dejado. Tus crónicas, tu pasión a Antequera… ¡Un lujo haberte conocido, maestro!
Por mi parte, de una manera o de otra, siempre he estado ligado a la familia Guerrero, pero sobre todo, a la persona de Ángel Guerrero, al que conocí hace más de 25 años cuando comencé a colaborar en nuestra querida Radio Antequera. Con el paso de los años, esa amistad creció también en el resto de su familia, en especial con su hijo Antonio José Guerrero “Curro”.
Ángel siempre ha sido para mí un referente como comunicador en todos los aspectos, pero sobre todo por su amor a Antequera y a este oficio al que a todos nos ha inculcado la importancia de la vocación en el mismo. Muchos han sido los momentos vividos junto a él, donde en cada minuto que pasaba aprendías más que en cualquier facultad de Periodismo.
Sin duda, tanto en radio como ahora en prensa escrita, ha sido todo un honor haber aprendido tanto con el maestro de los maestros. ¡Hasta siempre, querido Ángel!