La situación económica para muchas familias antequeranas se está haciendo insostenible. No es el momento de entrar en debate su lugar de procedencia, sus afinidades, ideologías, sus creencias o la falta de ellas. Todas respiran el mismo aire y contemplan, con desazón y angustia el mismo cielo. De la misma manera, las ONG’s han sufrido una merma considerable en sus ingresos y no es sólo culpa de la Administración, también de los simpatizantes que ven que su poder adquisitivo se rebaja. Pero hay que continuar, buscar recursos, por exiguos que sean, que palien la desgracia de quienes viven sólo y exclusivamente de la caridad.
Es posible que no esté todo inventado, que se puedan encontrar nuevas vías para buscar un dinero que se resiste, se hace querer y trabajar mucho para obtener pequeños resultados. Aún así, hay que ir a por todas, las iniciativas son extraordinarias y el esfuerzo, para llevarlas a cabo, no debe cuestionar ni un solo momento si vale o no la pena.
Adelante es la palabra que se tiene más a mano para responder a todos los proyectos que surgen y son factibles de hacer. Esta ciudad no se va a cansar de trabajar por los desfavorecidos, va a seguir llamando a todas las puertas, hurgando en los corazones generosos y comprometidos, y va a ser la voz de los que enmudecen.
Y desde luego, no le interesa absolutamente nada, ese entrar al trapo en que se ha convertido la mayor parte del tiempo de los Plenos Municipales. Lo de las nóminas de los políticos se arregla en dos segundos, sí o no. Los que no tiene ninguna se cabrean bastante y ven cómo se paga un dinero de su bolsillo para oír interminables sandeces. Yo creía que la madurez en política debía ser un grado de efectividad, y resulta ser a ojos de todos, niñerías.
