Tienen una situación bastante precaria en lo que a economía se refiere. Esas colectas que son base del sustento de sus queridos ancianos disminuyen y se suben al carro de esta crisis que no deja títere con cabeza. Lo están pasando mal, realmente mal y se sienten un poco desprotegidas y olvidadas de una sociedad que les ha acompañado desde sus inicios y ahora le falta recursos para poder asistir de igual manera que tiempos atrás. Sus benefactores son menos y sus aportaciones más reducidas. Sienten que tantas horas que pasan fuera de casa moviendo el corazón de los más solidarios, apenas deja fruto, cada día menos y han de abarcar nuevos espacios y llamar a más puertas para conseguir algo, exiguo, pero que de alguna manera les justifique la jornada de colecta, que no es ni más ni menos que una de sus reglas principales impulsada por su fundadora santa Juana Jugan, pedir para dar.
Muchas veces el desconocimiento nos lleva a pensar erróneamente que viven en la abundancia, Cierto es que tiene una casa preciosa y acomodada que respira paz, que sus ancianos no carecen de lo más mínimo, habitaciones confortables, higiene, comida abundante, instalaciones cómodas, calefacción, aire acondicionado, zonas verdes, todo cuanto se puede necesitar para disfrutar la vejez de manera digna. Pero la selección que llevan a cabo para el ingreso, hacen que se decanten en primer lugar por los que nada o poco tienen. Y aunque en algún momento algún residente entregue su casa o algún otro bien que posea, no es de recibo hacer crítica con unas hermanas que bregan con un colectivo que a esta sociedad de prisas, egoísmos e individualismos le sobra.
Así que se va a poner en marcha una verbena para mediados de julio, se hará partícipe a toda la ciudad. La noche serena del verano, precios populares, compañía y calor humano que tanto se necesita cuando se entregan a un fin tan generoso y delicado, hará que resulte un éxito. Y seguro que compartiendo esta experiencia desde dentro, junto a las Hermanitas, entenderemos sus peticiones y sabremos que la limosna que nos piden está más que justificada.