El diafragma es un músculo muy empleado en Ciclismo, más aún cuando éste lo practicamos con la intención de alcanzar un rendimiento extra o igualmente en las propias competiciones. También aquellas personas que pretendan alcanzar un rendimiento notable en el uso de los instrumentos de viento o aerófonos deberán conocer la existencia del diafragma y cómo hacer para mejorar su uso y poder alcanzar el mejor resultado posible.
Cuando por variadas circunstancias el diafragma sufre algún tipo de presión o estimulación… comer con glotonería, etcétera, es muy probable que pueda provocarnos hipo.
Son los bebés, criaturas de menos de seis meses, los más afectados por el molesto y reiterado hipo, al parecer el diafragma de estas incipientes personitas, como no tiene aún ni la formación ni la fortaleza debida provoca la inoportuna y rebelde contracción. Son esos días en que el ser humano se dedica más a comer y a dormir y en los cuales aún no les importa en absoluto las programaciones ni las cotas de audiencia. En estas pequeñas, inocentes y delicadas criaturas, es donde más se acentúa el hipo.
Esta mañana… no ha sonado el despertador en casa. He puesto a funcionar las alpargatas, (me gusta usarlas con calcetines puestos), cuando el cuerpo ha decidido que era lo mejor si quería recibir el primer alimento del día. Éste al igual que si de una criatura de escasos meses se tratase me ha provocado hipo.
Tendrá que ser por lo de la escasez de meses cumplidos, me digo… pues yo prometo que de prisas, ninguna, menos aún en la hora del desayuno cuando aún no he oído ni siquiera las primeras noticias del día.
Mis compañeras de desayuno… las bicis no, las personas que en casa me acompañaban, dos, plural y femenino, madre e hija, pues ellas me han recordado que de bebé ya no me queda nada puesto que con el inicio del mes de la Real Feria de Agosto en Antequera yo habré de cumplir algunos meses más de los seis o doce, tiempo con el cual se deja de ser bebé.
A ver… multiplicando 12 por la cantidad exacta cumplida que resultará en el inicio de agosto, verdaderamente serán algunos más, pero no los suficientes como para que se me olvidasen ya los efectos tranquilizantes y relajantes que producen las primeras ingestas lácteas que el ser humano consigue extraerle a la vida. Ustedes no las recuerdan… Yo… ¡Yo sí…!
Y en ese estado de enajenación mental y de henchido estomacal me ha sobrevenido el hipo; estoy completamente seguro que el exiguo y corto espacio de tiempo trascurrido desde mi nacimiento hasta el día de la fecha, éste y no otro, ha sido el motivo por el cual el diafragma me ha provocado los involuntarios saltos musculares.
Tengan mucho cuidado ahí fuera con el calor, éste no produce hipo, pero sí insolaciones y de resultas de las mismas sus facultades cerebrales pueden verse reducidas a las de un ser humano de escasos meses, a las de un bebé.
Con mis respetos, me retiro a pelar las almendras, a preparar el dornillo, la machacaera y el pan duro de Pastelero para confeccionarme un refrescante y nutritivo gazpacho de ajoblanco. ¿Qué existe la turmi…? ¡Qué!