La hiporexia realmente no es una enfermedad en sí, es un trastorno alimentario muy frecuente que en ocasiones puede poner en serio peligro la vida de las personas. La hiporexia podemos definirla como la pérdida de apetito que sufren las personas mayores. Es una realidad que en la tercera edad factores como el sedentarismo, algunas enfermedades crónicas e incluso la soledad pueden inducir a esta pérdida de apetito, que sinceramente tendríamos que tomarla muy en serio. Pensemos que si un anciano pierde las ganas de comer se presenta un serio problema en su vida, aunque la hiporexia no sea ninguna enfermedad en concreto.
Las personas de edad avanzada sufren numerosos cambios en su cuerpo, tanto a nivel digestivo, como hormonal y por supuesto también a nivel emocional. Es habitual que con el paso de los años las necesidades energéticas de la persona disminuyan notablemente, de igual manera el sentido del olfato y del gusto también se reducen. Por estos motivos se puede considerar normal la falta de apetito en la tercera edad. Pero la hiporexia va mas allá, puede producir una malnutrición severa de la persona que debemos de evitar en cualquier caso. La hiporexia puede ser un síntoma de enfermedades tan diferentes como por ejemplo alzheimer, cáncer de colon o estómago, insuficiencia renal, EPOC, hepatitis y/o demencia. También ciertos tratamientos farmacológicos pueden producir hiporexia.
Tenemos que entender la hiporexia como un proceso gradual que se va intensificando con el paso del tiempo. Una vez detectada hay que actuar inmediatamente para intentar eliminar estas carencias nutritivas lo antes posible. En realidad es difícil tratar la hiporexia, se utilizan suplementos de vitaminas, de minerales y de proteínas, junto a cambios en la dieta e incluso terapia psicológica si fuera precisa. Hoy para finalizar quiero expresar públicamente todo mi reconocimiento y todo mi cariño a nuestros mayores. Trabajaron muy duro y lucharon para que nosotros hoy en día podamos disfrutar de una vida plena y satisfactoria. ¡Gracias mamá; Te quiero!
