Tempus fugit sed mores permanent. Nunca una locución latina nos encajaría de forma tan brillante para decirle adiós a este primer mes de 2018. Las nieves caídas en el interior de la península volvieron a mostrar idéntico panorama al del pasado año. En esta ocasión la España cañí ofrecía su cara más auténtica con el mensaje de Gregorio Serrano, todo un personaje que desde la DGT no tuvo escrúpulos en lanzar a las redes sociales un mensaje tan vergonzoso como irritante para los que estaban atrapados en la carretera.
Entre tanto, otros pasajes visualizados como la corrupción, la basura de las televisiones y las desvergonzadas apariciones y paseos de Puigdemont por Europa nos dicen que lo que nos espera puede no tener fondo si esperamos hacer mediciones con una vara que determine la moral y la ética del ser humano. Para los que amamos la cultura y el conocimiento, desde el terreno provincial, desde la Málaga que se ha posicionado donde pocos hubieran pensado hace unos años, enero nos ha sumido en la tristeza. Hemos dicho adiós a uno de los más grandes de la cultura: Antonio Garrido Moraga. Quienes lo conocimos y lo tratamos nos hemos quedado destrozados porque se ha ido la isla de la cultura de la que bebía Málaga. Antonio Garrido era un diccionario en su estado más puro. Se ha ido uno de los dueños de la retórica y la palabra. Una palabra que hoy muchos sólo entienden en emoticonos que nos dicen que dejamos a la deriva el castellano en favor de un inglés mal pronunciado.
Pidamos porque este 2018 nos regale algo de coherencia para que los españoles nos podamos echar a la calle y, de una vez por todas, pidamos la cadena perpetua para asesinos y gentes sin escrúpulos que acaban con vidas como la de Diana Quer o Sandra Palo por poner solo algunos ejemplos. ¿Qué culpa tuvieron ellas? Basta ya de tanta integración social de asesinos que en cárceles acomodadas viven al más alto nivel mientras las familias soportan de por vida un dolor y un sufrimiento que no les permite tener el más mínimo momento de paz y tranquilidad. ¡Hasta pronto enero!, para los que somos optimistas nos reconforta saber que nuestro país, siempre que las estadísticas no estén manipuladas, se posiciona como segundo destino turístico a nivel mundial. Fitur ha vuelto a ser un escaparate sobresaliente y el Sol, que no nos falte, sigue siendo nuestro mejor aliado.