Me alegro mucho, muchísimo y me gustaría tener un superlativo que agrandara mi expresión de júbilo. La sanidad pública ha ganado a la privatización en Madrid. Todas las personas inmersas en esta sin razón, pueden cantar victoria. Enfermos, médicos, enfermeras, lavanderas… Pero no se fían y hacen bien, yo tampoco me fío ni de las palabras de nuestros gobernantes, y menos de sus hechos palpables.
En estos tiempos muchos economistas o políticos se plantan delante de las cámaras o de un micrófono y sueltan: “Todo va mejorando, dejando aparte el capítulo de empleo, la economía mejora”. ¿Cómo que dejando aparte? El empleo es vital individual y colectivamente. Posiblemente ninguno o ninguna se atreva a decir que la inflación es del 26 por ciento, pero esto también lo vamos a dejar aparte.
Vamos, que el empleo parece un “daño colateral” de lo que ocurre, un fleco suelto de todo lo que vivimos. Una minucia.
Luego llega el comisario (¡títulos!) Olli Rehn que es un fantástico experto en materia económica y al que todos conocemos como si fuera un vecino y suelta: “El desempleo en España es inaceptable” Y esto traducido al lenguaje normal ¿qué significa? Nada, es un lenguaje vacío de contenido. Sólo sirve para llenar el titular de una noticia o el pie de foto del susodicho, siguiendo a continuación con otras palabras sobre el enorme problema, pero tan tranquilo. Por cierto Rajoy es un alumno aventajado de este comisario, pues habla de banalidades que le interesan y luego deja para el final, como de puntillas: “Estamos muy descontentos con el nivel de paro”. Y vuelvo a preguntar: ¿esto qué significa?
No necesitamos más expertos, necesitamos medidas eficaces, porque la reforma laboral ya ven lo que está ocasionando.
Pero, ¿realmente tenemos los ciudadanos información veraz y real de lo que está pasando? No existen, para nuestro mal, elementos de comprobación eficaces de lo que se pone en marcha y no funciona o de lo que se obvia porque conviene.
Peligrosos argumentos. A mí no me sirve que Báñez, diga lo bien que lo hace, pues estamos ante un deterioro social de envergadura.
Brecha social sólo son dos palabras, pero de enorme gravedad y profundidad.
¿Reaccionaremos a tiempo? Eso espero.