Si me viere en la necesidad de tener que elegir entre alguna de estas tres palabras, inclusive en lo netamente deportivo, sin lugar a dudas escogería Diversidad.
Una de las causas por las que siempre me gustó el ciclismo es precisamente por su diversidad. Y esto es tanto así que en el propio ciclismo, como deporte, pueden a su vez estar incluidas las tres palabras.
El ciclismo es un deporte muy individualista, para practicarlo sólo necesitaremos nuestras ganas de pedalear y una bicicleta. El ciclista compite hasta con su sombra. Aunque en las pruebas de ciclismo la participación es numerosa y diversificada, alcanzándose en muchas de ellas cientos y miles de Ciclistas en línea de salida, –no menos cierto que muchas de estas pruebas son netamente participativas–. Llegando a la competición, existen pruebas en pista, –sprint, persecución–, o en descenso de BTT –eslalon por parejas–, donde la dualidad se hace manifiesta. Pero todo ello no es más que un fiel exponente de la diversidad de que está compuesta la competición en ciclismo.
Uno de los máximos exponentes de diversidad es la denominada, Serpiente Multicolor, denominada así por muchos medios de comunicación que en su día la enaltecieron. El ciclismo en sus grandes pruebas de carretera, está «tocado» y pienso yo que uno de los motivos es el cambio de actitud de los propios medios de comunicación. Ya no son noticia los resultados deportivos, por el contrario es noticia y de primera página, todo lo referente a la «dieta de adelgazamiento» a la que se han visto sometidos los ciclistas, motivo por el cual a esos mismos ciclistas, les están vilipendiando.
Y yo me pregunto: ¿se vigila por igual a todos los deportistas a la hora del «celo» por controlar su alimentación?
Consultadas estadísticas, foros, medios de comunicación, internet, etcétera; he llegado a la conclusión de que no se observa la misma «dieta» para todos los deportistas. Cierto es que no es lo mismo el atleta de fondo que el ajedrecista, pero también aquí la «dieta» es diferente, mismamente la diferencia entre géneros conlleva sus diferencias a la hora de los controles de «dieta». Y por supuesto todo ello con repercusiones muy distintas en los medios de comunicación.
Días atrás mientras esperaba turno en la peluquería, podía leer en artículo muy pequeño en un periódico malacitano, algo que desde hace tiempo me viene preocupando y de lo cual poco se habla. Esto es, según lo describía el articulista: La burbuja deportiva.
El engordamiento de la misma nos hace temer –a este articulista y a este humilde que les cuenta– lo que nos puede acarrear. Recordamos y padecemos a diario lo ocurrido tras la explosión de la burbuja ya detonada, de la cual ya conocemos y sufrimos sus efectos a diario.
Una nueva explosión, dado que nadie, nadie, se está preocupando de controlar la «dieta» que está sobrealimentando a ésta burbuja deportiva, por tanto es muy previsible su estallido.
Como también lo es la diversidad en que veríamos repartidos sus efectos, aunque el engordamiento y sus resultados hayan sido propiciados a modo y manera individualista y muy definido.
