No cuente la excusa de los años. Los mismos que cuando el año pasado se tuvo que sentar, largo y tendido, con IU para cederle gran parte de su poder, y no pocas decisiones importantes que se han tomado en estos últimos meses en el gobierno andaluz. El monopolio se ha terminado, y cuesta. Debe ser realmente duro compartir lo que se adquiere por herencia. Porque hasta donde yo puedo recordar, Presidente en dos legislaturas, sin ganar ninguna. Y admitir a unos nuevos comensales, bastante hambrientos, a una mesa más escasa de viandas, y sin hueco para arrimarse, no les ha quedado más remedio que permanecer de pie y alargar los brazos cuanto podían. Parece que les está dando buen resultado, tanto que no piensan mezclarse. Así que el presidente manda y obedece simultáneamente, algo extremadamente difícil, donde ha de sustentarse en un equilibrio emocional y psicológico que para sus años físicos puede ser agotador.
Pero, un joven que no conoce más que el partido, sin relaciones fuera, sin contactos ajenos, sin libertad, porque ésta queda relegada a la disciplina partidista. ¿Qué savia nueva aporta? La experiencia es un grado y las primarias un desastre si no se consigue cerrar y sellar todas las corrientes dentro del sobre donde se guarda el nombre de vencedor. Dicen que es una jugada contra Rubalcaba. Yo creo que hay algo más, no está dispuesto a admitir el retroceso y su partido es el que más sufre el desgaste, apenas 400.000 afiliados, y la losa catalana para remate de males e infortunios. Y la Comunidad Andaluza todo el día en primera página por asuntos turbios, feos y antisocialistas, donde el obrero figura para ir al paro y hasta los dineros de este desgraciado colectivo, sirven para juergas y cuentas corrientes de los servidores públicos. Es posible que no quiera estar en la oposición y, quizá le ha recomendado a su amigo Rubalcaba que abandone también, que los jóvenes luchen, lo cierto es que guerra hay para rato.