Me pregunto cada día, hora, momento y la respuesta se hace esperar. En la sombra y a luz de los despachos íntimos, los logros y fracasos sólo son conocidos por unos cuantos. En cambio, asomarse a este país por cualquiera de sus ventanas, medios de los que tanto dispone, puede ser un acicate para muchos que esperamos una realidad bien distinta a la que vemos. Tanto decir que las cosas van mejor y que el déficit ha bajado en dos puntos, ¿dónde se nota?
Queda bien ensombrecido por esas prácticas, desleales con los ciudadanos, habituales de embolsarse todo lo habido y por haber, para gastos representativos, según dicen. La buena noticia no aparece, sí por el contrario los abusos generalizados que en muchas cúpulas de partidos políticos se perciben como algo muy normal. Ha servido de banco para algunos, no sé si de banco bueno o malo, me temo que el primero y con unos intereses bajitos para el solicitante.
Las malas prácticas abundan y cuando se echan en cara, como el caso del saliente defensor del pueblo andaluz contra la Junta, va a la calle como un plato de agua, sin opción a defensa alguna. Y además un acuerdo, el único creo yo, entre los tres partidos para «garantizar» que el sustituto sea persona adecuada. Me imagino que debe ser alguien calladito, que husmee poco en las cloacas, y que mire para otro lado cuando la gente se dirija a él solicitando ayuda. Broncas ni una, ya tuvieron bastante con el sacerdote gaditano. Pues aquí, en esta preciosa ciudad, ocurre, según mi opinión que no pretendo que sea vinculante para nadie, casi lo mismo, mucho silencio de lo que se está haciendo, y demasiado cabreo de lo que resta.
Me cuentan próximos que el Ayuntamiento está gestionando los pagos a un máximo de noventa días impensables en los anteriores alcaldes y que está realizando un trabajo más que aceptable. Servidora se quedó con ganas de que el alcalde convocara a todos los afectados del anillo ferroviario para escuchar de primera mano las alegaciones, por el simple gesto de prometer que no se haría durante su mandato, a lo que añadiré los términos calamitosos que pronunció un concejal cuando mi vecino mollinato, el gran Heredia con delirio de grandeza lo planteó por primera vez. ¿Qué? Queremos ver y saber algo más que los truenos diarios. No nos resignamos a aguantar lo que nos echen porque estemos en crisis.