El discurso de entrada de don Francisco Félix Jiménez Zurita en las Artes Nobles de Antequera. Cinco paseos por la ciudad de la mano de cinco óperas, elegidas con acierto singular, que sólo puede hacer un gran conocedor y admirador del bello canto. La sensibilidad y la gran maestría se complementaron en un derroche de creatividad y ensueño que hizo el milagro de ver Antequera con otros ojos.
Sin decirlo, y menos hacer alarde, nos mostró la importancia de la educación y cómo ésta ilumina el intelecto. Lo complementa con la buena música para alcanzar una expresividad emotiva que lo lleva a huir del mundanal ruido par descubrir el silencio y recrearse sólo en las voces más interesantes. Y escucha con atención cada edificio arquitectónico, religioso o civil, y a medida que se recrea va elevando esos compases que tiene en su mente y tanta felicidad le proporciona en su trabajo diario.
Su amor por lo bello alcanza muchos campos y lo acrecienta contemplando arte en las ciudades que ama, la suya y Roma. Y se atreve más, a dejar boquiabierta a toda la sala. Momento que aprovecha don Giovanni para campear por ella trayendo a Sevilla de la mano y echa a volar la imaginación de todos los presentes que se abstraen un momento para recorrer las maravillas de la ciudad del Guadalquivir. Y vuelta a la nuestra para proseguir disfrutándola con pasión y encanto.
No anda este joven con mal gusto, y sabe tener esa pizca de osadía que no es descarada para que podamos fijar la vista en esa ruptura de patrón, en el antimolde de la arquitectura que la mala práctica y los apaños urbanísticos han sido capaces de desmerecer un lugar o hacer converger estilos antagónicos, o simplemente, la utilidad caprichosa del dinero y beneficio por encima de cualquier viso de estética, sin pararnos a pensar que los testigos mudos de la historia dan mucho de qué hablar.
Reconociendo una gran ignorancia de servidora en casi todo, tantos momento de fervor vividos, por el Arte con mayúsculas de este joven antequerano, alimenta de manera indecible los sentimientos de patria chica, ¡FELICIDADES!