El martes 17 de agosto las puertas del camarín del Señor y de la Virgen del Mayor Dolor se abrieron para dar la bienvenida al cielo, a otro gran antequerano, el joven Juan Luis Moreno López.
La vida nos ofrece a veces derroteros inexplicables, calvarios excesivos, situaciones sin sentido, preguntas existencialistas sobre el tiempo que nos toque vivir aquí. ¿Cuándo será nuestro día?
Una familia muy querida y apreciada en nuestra ciudad, sentía su cariño cuando el padre, Juan Luis Moreno Laude, fue designado pregonero de la Real Feria de Agosto de 2006. Él, personaje de esta ciudad, reflejó lo que había sido su vida, pero ante todo, su amor por su mujer, sus hijos y sus nietos.
A las semanas de su fallecimiento, su hijo, también Juan Luis, cayó enfermo, y tras meses de enfermedad, de sufrimiento, de resignación, el lunes 16 de agosto entregaba su alma a Dios.
Pero ¿cómo una persona tan joven, amante y discípulo de su padre, tan trabajador, tan amigo de los suyos, tan enamorado de su tierra, tras haber fallecido su padre meses atrás, puede dejarnos también ahora?
Sólo me cabe una posibilidad, que su padre, allá arriba, lo necesite, para sentir el calor que siempre él le ha arrojado, como dijo cuando murió: «El sentido del compromiso, de la lealtad, de la lucha por los ideales, del respeto venerable por quien lo merece sin considerar fortuna o apellido, de la amistad y de la fe en uno mismo, de la necesidad, de la superación ante la adversidad, de la obligación incondicional ante los tuyos aún sin razón, eran lecciones diarias de un maestro al que muy pocos conocían en esta Ciudad».
Que el Señor y la Virgen del Mayor Dolor le acojan y ampare a su familia, aquí en la tierra y allá en el cielo.