La ciudad, el país devastado. Los protagonistas de mi nueva novela se han quedado si Katmandú, un lugar de encuentro para ellos si emergieran a la vida real. Curiosamente, se da el caso, que ellos viajan por las profundidades de estas tierras. Transitan pasadizos naturales o hechos por gentes que habitan un tiempo sin tiempo bajo la sabiduría oriental devastada.
Incongruencias de la vida. Y hablando de países y de sinrazones, ¿por qué estamos ahora pendientes de Grecia?¿desde cuándo hablamos de ella? Desde que la unión europea la ha satanizado.
¿Por qué no hablamos de Alemania que nos ha puesto la soga al cuello y aprieta de lo lindo? La Unión Europea ¿qué unión? Se creó este organismo con afán recaudatorio. Un montón de gente a los que sólo les importa la pasta y dejar a los países y a sus gentes sin comer.
Grandes finanzas ¡qué bien! ¿y las pequeñas? Las del día a día, enseñanza, sanidad, facturas de la luz, desahucios, hambre, desesperación… ¡¡Votos!! Esta es la clave. Los ciudadanos ya sabemos, porque los políticos nos lo dicen y los medios casi más, lo que tenemos que votar para ser felices y comer perdices. Pues va a ser que no podemos creer en toda la información que nos llega.
De repente quieren que se nos despierta el patriotismo provincial, regional, autonómico, nacional y que veamos todo lo que han hecho, lo bien que han gestionado la crisis y la amnistía fiscal, por ejemplo, y en resumen, lo estupendos que son.
Es la repera, claro que yo lo entiendo porque se avecina una quema tremenda de escaños. Primero en las municipales, luego las generales. El efecto caída para candidatos de más o menos peso es inminente. Yo me pregunto cómo resisten esta tensión, este miedo a perder sus cómodos sillones millonarios.
Tengo claro que sacaré tarjeta roja a la corrupción y a aquellos políticos que me han mentido, ninguneado y más. Creo que se va a producir un masivo rechazo a los engaños que estamos sufriendo. El voto de castigo que se dice.
Pero hoy, solo veo a Buda derramando lágrimas sobre Nepal apoyado en la cuarta columna, del cuarto templo de uno de los países con más miseria del mundo.