Es un eslogan valiente que llega al corazón de los españoles y que puede aglutinar muchas sensibilidades. A no ser porque también viene precedido por la bronca y tensión entre las fuerzas constitucionales. Y la percepción de cada una de ellas en lo referido a España es muy diferente.
Cada partido va a imponer lo que quiere él y, si además lo quiere España, mejor. Reconozco que el eslogan es muy acertado. Acarrea dudas; ya que el PSOE casi siempre ha obviado en sus campañas ESPAÑA como si quisiera protegerse de sus inmediatos a la izquierda o pisar un terreno que le ha servido para controlar y situar a la derecha. El caso es que con tanta indigestión catalana y amenaza desde la residencia europea de Puigdemont, que España se vea escrita en la publicidad, repetida en televisión, llenando los espacios propagandísticos y en boca de sus líderes, es de agradecer por los ciudadanos de este gran país. No deben entrar en pugna por saber de quién es exclusiva la frase.
Todos pueden hablar de España ya que los votantes entendemos el matiz, lo que cada político transmite y el sentimiento de convencimiento con el que quiere captar nuestra adhesión a su causa.No pocas veces hemos visto España bajo su simbología en una pulsera, pillacorbatas, almohadillas para los toros, correas de relojes y un sinfín de detalles, que quienes los exhiban eran calificados de fachas por las izquierda.Pero ha llegado un PSOE que quiere conquistarnos y nos pone en primer lugar España y me tutea para hacerme partícipe de su sueño. La realidad es bien distinta.
La ESPAÑA que quiero necesito que sea solidaria, redistributiva derechos y deberes iguales. Mismas oportunidades para todos, libertad de decir y hacer. Consenso y participación de la ciudadanía en todos los asuntos importantes del Estado. Y nunca , jamás de jamases, vendernos a los independentistas por unos votos envenenados. ¿Será que Pedro Sánchez no quiere para él la misma España que le ofrece a los demás?
