sábado 23 noviembre 2024
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La mesa solitaria

En medio de un ruido ensordecedor aún era más palpable su soledad, su abandono. Dos cubiertos que esperan, dos sillas tapizadas en rojo. Dos sueños que se desvanecen. En medio de un ruido ensordecedor aún era más palpable su soledad, su abandono. Dos cubiertos que esperan, dos sillas tapizadas en rojo. Dos sueños que se desvanecen. 

Sola. Posiblemente formen la pareja perfecta, tanto que han pensado quedarse en casa y no acudir a aquella cena con reserva previa, con rosas rojas en el jarrón infinito de tallo largo de cristal. Asientos, dos. Uno frente al otro.Servilletas primorosamente dobladas llenas de aroma a  invierno ausente, tanto como ellos. 

Cuando el salón se va llenando de parejas, la mesa muestra la soledad más evidente. Suena un móvil e instintivamente se vuelven las cabezas, pero no hay nadie que responda la llamada. Viajes de afectos y amores que esta vez se quedaron detenidos o imaginados en un mantel blanco e  impoluto  de hilo.  

Ausencia.  Se oye un piano  con esas melodía que todo amamos o que al menos hemos oído alguna vez y sonreímos hacia adentro con una pizca de nostalgia.Tal vez se haya burlado definitivamente el amor o quizás nunca existió para sus protagonistas.

Tal vez en un rincón de la memoria habite el primer beso, esa primera canción, un largo y cálido abrazo. Vacíos que se recubren de aromas desconocidos, de huellas que no se ven, de  jirones de  lunas que se esconden en la fantasía.

No hay explicación. Los camareros sirven, preguntan, atienden. La mesa no se toca. Sigue  como siempre vacía,deshabitada. Desencuentros sin reconciliación en la noche del amor inventado.

Quizá forme parte del decorado, tal vez sea una llamada de publicidad encubierta,  quizá la pareja ausente  de esa mesa solitaria,  no exista. 

Conjeturas a lo largo de las horas. Recuerdos borrosos de otras mesas. Pequeñas velas que iluminan el espejo de lo real, de lo figurado. Copas de champan de cristal de espuma. Parejas que caminan por el interior de las historias o que quieren permanecer fuera de ellas sin conseguirlo.  

En aquella penumbra solo se ve una cartulina con la palabra “reservada” encima de la mesa que  sigue desierta.

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