Vuelve de nuevo a tronar la tormenta de las armas. Cuánto horror y muerte y destrucción. Existen tantas formas de sembrar el terror a los que estamos sometidos los mortales en estos momentos… Cantan a coro las balas la sonata de la muerte, que dejan sin sentido a tantas vidas inocentes. Nadie observa a aquel viejo que dormitaba a la remacha de aquella sombra cuando de repente su vida se pierde entre la horrible explosión de un misil, venga de la parte que venga. O de aquella madre abrazada a su hijo pequeño que duermen para siempre en el baño de su propia sangre en un suelo que el destino les puso en su camino sin escoger.
Quiero encontrar esa verdad que me abra las puertas del entendimiento. La tristeza envuelve mi alma y sus pliegues ahogan mis sentidos, viendo que el tiempo que se emplea en levantar una torre, edificio para viviendas, y se derrumba producto de un misil, en un segundo. Cuánto tiempo cuesta poner a un ser humano en una edad determinada y cuan cruel esta guerra acaba con las ganas de vivir de esa persona, con sus sueños, con sus logros, con sus virtudes y con sus defectos. Mi credo y mi religión como miembro de la Orden de Malta, estamos presentes en tantos países, en tantas catástrofes, desarrollando labores humanitarias. De igual manera atendemos en Haití, como en Sudáfrica o en Canadá, o en el Vietnam, siguiendo siempre nuestro lema: Tuitio Fidei Et Obsequium Pauperum: testimonio y defensa de la fe y asistencia a los enfermos y necesitados de cuerpo y alma.
No es mi intención dejarles una conferencia sobre la Orden, ni mucho menos, solamente que como ser humano desestimo cualquier tipo de tiranía, de cruentas guerras como la de Ucrania y ahora y ahora la chispa que ha hecho saltar todas las alarmas entre palestinos e israelitas. Incomprensible que el pueblo palestino se vea envuelto, manejado por grupos terroristas como Al Qaeda, ISIS/EIIL,Boko Harán, Psnsar al-Sharia o Abu Sayyaf o Hamas.
Siempre, Jerusalén, Jerusalén… Uno de los puntos principales de discordia entre Israel y los territorios palestinos. Esta ciudad es la sede dos sitios sagrados más importantes para el Judaísmo y el Islam. El muro de los lamentos y la mezquita de Al Aqsa. La ciudad de las Tres principales religiones: judaísmo, cristianismo e Islam. Cualquier ampliación sobre este tema, pueden encontrarlo en viejos libros o simplemente acudiendo a fuentes de información.
Tan sólo les dejo una última reflexión: debemos reforzar todos aquellos valores que siempre han estado en nuestras casas, transmitidos por nuestros mayores. Las enormes vicisitudes que presenta la vida a diario, quizá nos resta ese tiempo de charla y convivencia en nuestros hogares. Nunca tenemos disponibilidad de ese precioso tiempo que es, que siempre está y ha estado en nuestros hogares, y que por imperativos externos quizá dejamos aparcada esa conversación dentro de la unidad familiar.
Dios no premia por rezar el Santo Rosario: el premio, es la voluntad del rezo, ese con el que en algún momento del día nos acordamos que hay un Dios al que le debemos nuestra vida desde que llegamos a este mundo, y es tan grande su amor… Todos tenemos problemas: el hambre, la sed en el mundo, los precios en la cesta de la compra, los carburantes, los impuestos, la educación para nuestros hijos, la sanidad y sin perder de vista la atención adecuada a nuestros mayores. Tantas necesidades que nos hace olvidar, que debemos mirar al cielo desde cualquier creencia, y dar gracias a Dios, al universo, por todo lo que tenemos, por todo lo que nos da, pero sobre todo, el ruego de lo que necesitamos. ¡Paz y amor entre los hombres de buena voluntad!