Cuanto se añora programas serios con un contenido de altura. Hoy en día la televisión está convertida en una corrala digital, salvo algún que otro programa del centenar de canales. Oiga y me parece genial. No seré yo quien enjuicie sin razón los gustos de ustedes, simplemente perdonen mi morriña hacia esos programas: “La Clave”, “Documentos tv”… o cualquiera de los debates con temas que discutían lo social, político, religioso, misterios, filosofía, de lo cotidiano o no. Había para todos los gustos. Lo curioso de esto era que si el tema no te importaba a priori, al final terminabas enganchado por las diversas opiniones de voces con altura y preparación. A colación de esto, rompo una lanza en favor de RTVE a la carta. En ella podrán programar a su gusto y medida cualquier tipo de estos programas, destacando una joya de la historia contemporánea de nuestro país, “La Transición” de Elías Prieto, llevado a cabo por la periodista Victoria Priego. A parte del valor histórico, está impregnado de la valía de personalidades referentes al mundo de la política y la sociedad española entre 1973 hasta 1977. Sus entrevistas y documentos nos descubre ese espíritu de Estado sobre el que se puso la primera piedra del edificio de la democracia con la legalización de los partidos políticos y la realización de“La Constitución”.
El resto de las piedras sería el pueblo y sus representantes los encargados de continuar la obra. Un Estado libre, democrático, de absoluto respeto entre orillas distantes, pero todas de acuerdo en una convivencia de paz democrática. La serie “La Transición” se me antoja quizás como necesaria para descubrir, en los padres tan distintos de nuestra joven democracia, los cimientos éticos y morales del país. Unos cimientos formado por las manos y abrazos de nuestros abuelos y padres, con el único fin de un futuro de entendimiento y paz para España. Elías Prieto y Victoria Priego no solo dejaron impreso un legado histórico contado por sus imágenes y entrevistas, sino un vademécum de obligada revisión para una buena salud democrática.