Todos tenemos derecho a una vida digna ¡¡claro!! Quien diga lo contrario es un ser despreciable.
Yo lucho por la vida y lucho, ¡a muerte!.
Si piensan que voy a hablar contra la Ley del aborto se equivocan. Voy a hablar de la vida que ya está aquí, la que necesita de nuestra ayuda con urgencia humanitaria, moral, política, social… Añadan lo que quieran.
Vida para esos niños que huyen de la guerra de Siria sin unos padres que los cuiden porque han formado parte de la masacre que allí existe.
Vida para esos niños y niñas que son violados por pederastas de muy diversos estados y para lo que ha habido mucha manga ancha.
Vida para los niños que no tienen más de una comida al día o ninguna y tienen que llenar de imaginación el bocadillo que queda muy bonito en un anuncio, pero que es terrible en la realidad.
Vida para los niños que no tienen acceso a una educación que los haga más libres si es posible, al menos que los acerque a un mundo cruel que sólo cuenta el dinero, las ganancias y no a los marginados, porque no conviene ver las cifras.
Vida para aquellos niños que la ley priva de una familia, una vida normal para desarrollarse física y psíquicamente como un ser humano equilibrado.
Vida para los nacidos con discapacidad porque ahora hasta les han robado las ayudas necesarias para que su vida, ya que vinieron a este mundo, sea más llevadera la suya y la de sus padres que deben de llorar cuando nadie los ve.
Vida plena para todos ellos.
Vida para los desahuciados, para los que su hogar es ahora la calle o una casa de acogida en la que se van reduciendo las ayudas, ya saben los recortes.
Vida digna para todos los niños, estos esos o aquellos. Fabelas, barrios marginados, campos de concentración, fosas comunes, exterminio, trabajos forzados, torturas, desaparición forzosa…
¿Les suena esto a crímenes de “lesa humanidad” ¿ Pues desgraciadamente van bien encaminados.
Derecho a la vida tiene todos los niños y niñas que viven en este mundo ¿o se les condena por haber venido a este mundo? Ellos no saben de política, de liderazgo a costa de cualquier precio. No miremos para otro lado no nos centremos en un punto político más que humano y seamos ambiciosos. Abramos nuestra mente y nuestra capacidad de ayuda, de esperanza, fe, caridad y de acción hacia todos estos niños y niñas, que no opinaron a la hora de nacer, pero que nacieron.
