Ha llegado silencioso hasta para los que esperábamos ansiosamente un nuevo amanecer para nuestra Comunidad. Ya es imparable y los deseos contenidos en tantas consultas electorales que siempre favorecieron al PSOE, ahora les vuelven la espalda. Les han dicho alto y claro que su sitio es la oposición. Son muchos sentimientos los que afloran en una consulta electoral cuando se vive en primera línea.
No es fácil olvidar las del 2012 cuando se palpó y creía que el triunfo sería popular, y lo fue, efímero y amargo. El día de la consulta, los recados entre IU y POSE se sucedían continuamente. Se buscaron votantes debajo de las piedras, ofreciéndoles medio de transporte y quizá prometiéndoles la luna. Les resultó eficaz y el PP se quedó con la miel entre los labios.
El domingo ocurrió lo contrario. Sin intercambios ni miradas cómplices. El silencio que duele, se apoderó de la jornada electoral. No existe mayor dolor que la indiferencia y los votantes de izquierdas así se mostraron a sus formaciones. Los paseos de sus principales dirigentes a lo largo de la jornada, manifestaban que algo no iba según lo previsto. Muchos nervios aguantados.Comenzar a abrir las urnas y leer en voz alta cada uno de los votos, nos hizo volver las miradas a uno y otro lado sorprendidos e incrédulos. El primer voto fue para Vox, PP, Ciudadanos, PSOE, Podemos, se iban repitiendo casi con la misma frecuencia. ¿Qué estaba ocurriendo en el colegio León Mota? Pues nada más y nada menos que sus votantes fieles y casi monocolor se habían quedado en casa hartos de tantos gobiernos socialistas. La abstención fue de casi el 50 por ciento.
Simultáneamente los sentimientos acudían a los rostros de los representantes allí congregados. El de Podemos, tenía una mirada apenada y hacía esfuerzos por contener las lágrimas. El socialista tenía una expresión huída como si tuviera un mal sueño. Los que formábamos el bloque de la derecha, contenidos, no dábamos crédito a lo que teníamos entre las manos. Y las primeras noticias nos dicen que ganábamos. Lo comuniqué en la mesa y el abatimiento fue enorme. La derrota, de los que habían salido aquella mañana como ganadores, no era asumible ni aceptable.Como no se puede entender que tras el varapalo Susana Díaz no haya dimitido.
¿Qué está esperando? ¿Le queda alguna migaja por recoger? No es posible que aún pueda pensar en un gobierno socialista si la gente no la apoya. ¿Qué ha ganado? El peor fracaso electoral de la historia socialista andaluza. Es posible que esté hechas trizas porque salió a ganar, entre otras cosas para demostrar al Gobierno Central que seguía en primera línea, recuperada del brutal impacto de perder la secretaria del partido, y ahora está arrinconada y sin apoyos.
Lo que no se habla, pero sí se piensa, perdedores a su casa. Y lo más inasumible es ese aluvión de críticas que ha vertido el presidente de Podemos. ¿Realmente cree que la incoherencia entre su pensamiento y forma burguesa de vida tiene eco en la gente? Si le han fallado los suyos… ¿les vamos a hacer caso los que estamos a años luz de sus ideas? Han salido cosas duras en la red, incluso de un antequerano reacio al resultado. Pero piensen todos que los votos son de paso y se quedan donde quieren. No tienen sentido de la propiedad, y eso es precisamente lo que ha molestado. Y también, los discursos descalificadores en contra de la derecha se les han vuelto contra ellos mismos. Personalmente estoy de enhorabuena y la hago extensible a todos los antequeranos y andaluces que así se sientan.