Como su propio nombre indica, una liposucción es una técnica médica que succiona el exceso de grasa de numerosas partes del cuerpo. Aunque sea cuestionada en muchas ocasiones, lo que debe quedar muy claro es que el médico cirujano plástico es el especialista que siempre debe realizarla.
La liposucción se utiliza en partes del cuerpo tan diferentes como el abdomen, los glúteos, el cuello o los pómulos entre otras muchas. Existen varias formas de realizarla, básicamente se realiza una pequeña incisión en la piel a través de la cual se introducirá el tubo de succión que va acoplado a la bomba de aspiración. En la actualidad ya se están utilizando ultrasonidos para licuar el tejido adiposo antes de aspirarlo e incluso el láser. Habitualmente se usa anestesia local auque también puede ser general, dependerá de la zona a tratar y del volumen de grasa a extraer. Posteriormente se venda la zona para comprimir el tejido afectado y se instaura un tratamiento para prevenir infecciones y coágulos sanguíneos. Es normal que la zona se hinche y aparezcan hematomas, lógicamente irán poco a poco desapareciendo. La liposucción no está recomendada en ciertas situaciones como ocurre en pacientes diabéticos, hipertensos o con problemas cardiacos serios.
En cualquier caso, la liposucción no suprime la dieta ni el ejercicio, no es un método para controlar la obesidad, el especialista valorará cada paciente en particular. Las razones estéticas son importantes, pero recordemos que siempre prevalece la propia vida del enfermo. No debemos olvidar que la liposucción es un procedimiento quirúrgico algo complejo, tiene una recuperación dolorosa y sus complicaciones, tales como trombosis y hemorragias, en ocasiones pueden ser mortales. Finalmente, hay personas que tienen la gran suerte de no necesitar la liposucción, situación que disfrutamos gratamente sus parejas.