Que a don Manuel y don José Antonio, ambos presidentes de la Junta, les aguarda el veredicto. Y llevan una corte de acompañantes que hace comprender la magnitud de lo que significa mirar para otro lado. Es algo más que el aprovechamiento de un partido instalado desde tiempos pretéritos en nuestra Comunidad, que llegó tan alto que miraba de frente a la luna y las estrellas para reflejarse en su propia luz, y que en estos momentos hace aguas a nivel nacional. Unos dicen que el sistema de primarias le hace gran pupa cada vez que hay que ponerlo en marcha porque se corre el riesgo de acabar la elección en un guaperas, simpático para la mayoría, pero sin tablas para sortear los vaivenes futuros. Otros, que los ideales del PSOE y su electorado caminan por líneas paralelas. La cuestión es que no corren buenos tiempos para esta formación y que Andalucía, su principal granero de votos, da muestras de escasez.
Y encima, lo que les faltaba, el juez no cree en la inocencia de los presidentes, ex- presidentes, ahora cuando no son gratos al partido ni a sus bases, éstas, en la antípodas en el pensamiento y muy encolerizadas porque ve cómo su izquierda política por la que tanto han luchado un sector importante socialista, les está siendo arrebatada con enorme facilidad.
Quizá alguna explicación pueda encontrarse, y me temo que es de gran relevancia, en ese abandono de la formación y descuido de los socialistas hacia tanto fieles con los que caminaba a la par. Lo que me lleva a admitir que al PSOE no sólo le afecta la corrupción, sino también los cambios en la dirección sin claro líder que los aglutine y, desde luego, con una idea de país bastante dispersa. Sí que estoy de acuerdo en que se parece al PP en la comunicación, ninguno de los dos la ha sabido manejar, mientras Rivera e Iglesias, sobre todo éste último, son unos artistas de los medios. Nos queda esperar unos previsibles resultados, pero las heridas abiertas seguirán sin cicatrizar.
