Hay distintas varas para medir a los jueces. Lo veo, lo oigo. No es lo mismo Garzón que Liaño ¿..?
Ésta es una época mala y esto es tan obvio, que casi me da vergüenza decirlo. Porque cierto es que ustedes lo saben.
Pero aún así y ante la desfachatez de la clase política y la huida de la sindical, me veo obligada a hacerlo. Nunca me he callado lo que creía que debía decir o hacer. Desde luego me han dado bofetadas de todos los colores desde familia, compañeros de trabajo o esos/as que decían ser jefes de algo. Pero, era esto o callarme. Como priorizaban mis principios o lo que yo creía, decir pues eso.
Evidentemente recibía consejos “Carmen cállate”; “Carmen aguántate”; “Carmen hazte la idiota”. Y yo siempre tenía la misma respuesta, es decir, actuaba.
Ahora bien, con el tiempo, aprendí a hacerlo de otra manera, conseguí decir lo mismo, hacer lo que creía y seguir. Mi sorpresa fue descubrir que, de esta forma, fría, empática o irónica, fastidiaba más, así que fui ganando puntos frente a mí misma. Esto, me lo enseñó Isabela. Y yo fui buena alumna. Luego me saqué un master en “como aguantar acosos y no morir en el intento”. Uno de esos jefes, omito el calificativo por educación (je, je, je) me dijo que tenía pesadillas conmigo y que me odiaba. Muy fuerte oigan, pero muy gratificante, le pude y le puedo.
Bien, prosigo. Los políticos de izquierdas, ¿a qué esperan? Porque, como dice mi amigo Millás, deberían brillar como neón en las encuestas de intención de voto.
Desde luego las mentiras ya son infinitas, he dejado de contar papeles que afloran con más lentitud, que los que guarda el archivo Vaticano.
Contemplación pasiva, esto no arregla nada. Por esto no puedo callarme ante las siglas abundantes como UDEF, PUFOS (las partidas en negro del partido popular).
No puedo silenciar los robos de los bancos a sus clientes, ni los robos de los Blesas, hay bastantes por desgracia a, los ahorradores -trabajadores. Se les deja libres porque tiene intereses creados con la peña de gobernantes de aquí o allí, o con el poder judicial. Cuentas en Suiza de políticos corruptos.
¿Tan atónitos estamos que no despertamos? Tal vez. Pero habrá que hacerlo.
