Recibo cada día gran cantidad de whatsapp que van desde los buenos días, que se me ofrecen enmarcados en una preciosa postal de aquellas que se solían comprar para felicitar a las amigas, hasta las bendiciones y mejores deseos de un Dios protector que nos fortalece y quiere. Voy a aprovechar estas líneas para decir que yo también quiero a Dios, me siento católica y gratifica formar parte de su Iglesia.
No es una declaración de fe, ni cosa parecida. Hace ya muchos años que estoy exenta de cualquier tipo de demostración. Sin embargo, el delicado momento por el que transitan los pensamientos y anhelos del Santo Padre, me invita a declararme admiradora y entusiasta de este líder espiritual donde cobra fuerza la ternura, comprensión y compasión con todos los seres humanos. Cuando el pasado año estuvo en la repúblicas báltica, concretamente en Vilna, terminó una homilía diciendo: “Señor, no permitas que seamos sordos al grito de todos los que hoy siguen clamando el cielo”.
Su valentía y confianza en el Altísimo le ha permitido oír la voz de auxilio de quienes piden justicia a los abusos de la Iglesia. Y en verdad que andamos sobrecogidos, que en un abrir y cerrar de ojos, se ha desplegado el manto que tapaba el lado más oscuro de nuestra moral cristiana. De la misma manera la respuesta de un más que octogenario guía espiritual, ha sido valiente y noble. Y aunque todos sabemos que los abusos sexuales forman parte de la condición humana, cuando los miembros de la Iglesia, son señalados y salpicados por conductas tan impropias, la Iglesia sufre una profunda sacudida que se manifiesta principalmente en dos vertientes: críticas y alejamiento.
A pocos días de comenzar la Cuaresma que terminará en la Semana Grande y Santa de Pasión, donde es posible cuajar el sentimiento religioso bajo la advocación de la Virgen que nos hace vibrar, o mejor, del Cristo que nos ha acompañado desde siempre, también es posible brindar un aplauso a la Iglesia, a su caridad para los pobres y enfermos y a la dedicación de tantas personas excelentes que son nuestros ejemplos de vida.