Impresionantes las imágenes que mostraba el helicóptero de la vuelta ciclista a su paso por nuestra ciudad. Orgullosos hemos de estar que esas bellísimas imágenes tengan tanto recorrido, traspasan lo nacional y nuestras vetustas torres se pueden admirar desde los sitios más recónditos. Es una publicidad, no barata porque se habla por los mentideros de una cantidad de cinco ceros, pero cada vez suena más y con mayor fuerza Antequera fuera de nuestros lares y a medio y largo plazo puede sernos de gran utilidad y beneficio.
Lo que nos dejó boquiabiertos fue la imagen del empujón, la mala manera de obligar a un ciclista a abandonar de forma involuntaria y brusca el recorrido. Ha corrido todo tipo de conjeturas que si era medio en broma, que si el sujeto provocador muestra alguna deficiencia… Lo que sea, eso no tenía que haberse producido. Hay que tener más responsabilidad para contener al público entusiasta. Si hubiera ocasionado un accidente de consideración, qué desagradable hubiera sido para los participantes su paso por la ciudad del Torcal.
Nos queda mucho civismo que aprender. Ahora las miradas están en la plaza de San Sebastián, y en ese tráfico rodado que pasa a pocos centímetros de las casas necesitando invadir las aceras con un cuidado extremo sobre viandantes. Seguro que en un futuro cercano nos alegraremos, que será para mejor, a pesar que hay detractores que opinan lo contrario.
Es cierto que la calle Estepa siempre ha sido carretera de entrada y salida a nuestra ciudad. En épocas donde no había circunvalaciones u otras alternativas. Hoy, los tiempos avanzan que es una barbaridad. El 5G lo tendremos en tecnología y los coches a punto de ponerse en marcha sin conductor y aquí nos enfadamos porque no podemos utilizar el coche para todo. Seguro que dentro de nada estaremos todos presumiendo de Plaza, y si no es así, se remodela otra vez, aceras y calzadas sufren tantas transformaciones que podrá volver a dar gusto a los nostálgicos.