Suelo leer, cada vez con más interés, los suplementos de los periódicos disponibles en Madrid. Desde un tiempo a esta parte, aprendo. Y ya se sabe lo que, para mí, es aprender: asimilar conocimientos y compartirlos. De esta forma leo y estoy atento a los suplementos culturales, religiosos, científicos, de viajes, salud… Todo es cultura; todo es aprendizaje y mucho es compartir “sin dar la lata” a nadie.
Después de leer lo que el ABC de Sevilla publicó sobre la palabra rezar, y escribir mi propio artículo sobre el uso de esa palabra en estos tiempos dominados por el uso –abusivo, en mi opinión– del teléfono móvil, he leído, siempre con intención de aprender, y de compartir lo aprendido, diferentes suplementos culturales de varios periódicos. En uno de ellos, correspondiente al suplemento religioso alfa y omega de ABC, he comprobado que también este suplemento se ha hecho cultural… Pienso que se parece poco a aquel suplemento “algo ñoño”, dirigido a personas de una determinada fe. Creo que se ha hecho más maduro, más cultural y dirigido a “clase muy variada de gente, y creencias”.
Esto me pareció también esta vez al leer un APUNTE, titulado “La fuerza de la palabra” yescrito por el doctor Manuel González Barón, director Honorario de la Cátedra de Oncología y Medicina Paliativa de la UCM, y exdirector del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario LA PAZ. El doctor González Barón basa su artículo en una simple frase pronunciada, delante de un enfermo, no creyente, aquel día que lo visitó por primera vez, a su vuelta de un viaje a Londres. Esta fue la respuesta del doctor González, a las preguntas de aquel enfermo de unos 30 años, de nombre Antonio, sobre su estado de salud: “lo que Dios quiera”. Antonio, antes de morir, quiso agradecer al doctor González Barón lo mucho que le había servido aquella frase pronunciada el primer día de consulta“lo que Dios quiera”.
Leer estas cosas, dichas y escritas por un gran oncólogo, en tiempos de la Eutanasia, legalizada y bien aceptada –al parecer– por la sociedad laica, reconforta algo,y nos hace pensar que no todo es eutanasia y que por encima de este término “moderno” está Dios.
No acaba con este artículo el contenido cultural y religioso del número citado del ABC, fechado 14-20 de marzo del 2024. El artículo titulado PIECES OF YOU, escrito por Luis Ruiz del Árbol, nos recuerda que la forma de un alma serena es la de un desván repleto de recuerdos; nada que hayamos amado es superfluo o inútil.
Basa su artículo el autor en dos experiencias de otros: una, la del sacerdote Ignacio Carbajosa, quien en su libro Testigo de excepción(2020), relata su experiencia en el hospital de campaña montado en IFEMA durante la fase más dura de la pandemia COVID-19. En esa fase oyó y apuntó en un cuadernillo la historia de personas mayores, que no pudieron ni despedirse de sus seres queridos en vida. Aquellas personas, tenían su desván “bien lleno de recuerdos”.
Otros que tenían –al parecer– su desván muy lleno de recuerdos fueron las víctimas de aquel accidente aéreo sobre las cumbres nevadas de los Andes, sobrevenido a los jóvenes atletas de aquel equipo de rugby. La película, de título La Sociedad de la Nieve,rodada en las altas cumbres nevadas de Sierra Nevada, recoge de forma muy dramática cómo las personas que murieron en el accidente depositaron sus recuerdos en un maletín que el superviviente Gustavo Zerbino llevó a las familias de los fallecidos. El artículo de Ruíz del Árbol finaliza con una estrofa en inglés del rapero NothingNowhere: All the pieces of you fit perfectly in the hole inside my heart.
Me queda por mencionar un interesante artículo de la grafóloga italiana Lidia Fogarolo aparecido en las páginas culturales de dicho número de alfa&omega. El artículo lleva como subtítulo Letras que marcaron la historia del siglo XX. El artículo recoge la letra de los escritos de varios papas, y merece ser leído con detenimiento.
Dejo pues resaltado cómo los diarios madrileños están cada vez más inclinados hacia la cultura. Sus suplementos de Ciencia, Religión,Viajes, Salud,etc, así lo demuestran. Aprovechemos para extraer los conocimientos que ponen a nuestro alcance y sepamos siempre aprender para, después, compartir.