Me preocupa, debe preocuparnos

De igual forma que las estupideces y las palabras necias no deben despertar la actividad de los oídos, los titulares de los hechos y datos con los que terminó el año 2022 y acaba de comenzar el 2023 deben hacer saltar las alarmas y generar reacciones en la población española.
Me preocupa que el año haya comenzado con noticias muy desalentadoras para los jóvenes que nos dan a conocer, por más que se empeñe el Gobierno en maquillar los datos, que cerca de cuatro de cada diez jóvenes que no encuentran empleo en Europa son españoles. Con ello, difícil tendrán los jóvenes posibilidades de encontrar empleo digno y bien remunerado que les permita adquirir vivienda.
Muy preocupante es conocer que España es el segundo país de Europa con la tasa de natalidad más baja entre 2017 y 2021; 7,6 nacimientos por cada mil habitantes, siendo la media europea de 9,3. Los gobiernos deben apostar por políticas conciliadoras en materia laboral y demográfica. Nuestras aulas empiezan a correr el riesgo de convertirse en espacios desérticos de españoles o de ser invadidas por los inmigrantes.
Me preocupa y mucho que el señor Marlaska salga tan campante y diga que faltan mayores inversiones y recursos para paliar los crímenes por violencia de genero. Él y todos sus satélites deben desde hoy mismo trabajar para modificar la ley que obligue a todo aquel que acabe con la vida de una mujer a permanecer de por vida en la cárcel. Y si sale, que sea para producir y generar riqueza que permita pagar a los psicólogos que tendrán que tratar sin descanso con las familias de esas mujeres. Así de claro. ¡Basta ya de tanta tontería!
Más que preocupante sigue siendo que la continua subida de los precios en hipotecas, energías, y en alimentación haya venido con la miseria de la reducción del IVA en los productos de primera necesidad. De haber tenido sindicatos fuertes, las calles estarían inundadas de protestas, pero en la España actual son las correas de trasmisión del gobierno aferrado al sillón.
Y con ese panorama, por poner algunos ejemplos, debe preocuparnos muchísimo que nos encontremos con la señora ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, y nos diga en la televisión pública que el PSOE tiene un proyecto de país , que la distribución es más justa y que hay una política social clara. Tal vez su dedicación exclusiva a la política no le permita saber que eso se llama comprar votos, tener estómagos agradecidos con subvenciones y querer formar parte del circo mediático en el que vive continuamente buena parte de la sociedad: cortoplacismo, ausencia de análisis y crítica y una feroz exposición de autocomplacencia.