Sigo con interés el tema de la escolarización porque de él se extraen datos certeros de cómo marcha nuestra ciudad. Cuando la oferta, como este año, es tan superior a la demanda, me da qué pensar que en un futuro a medio plazo, pueda ser un problema de difícil solución para los centros escolares.
Los datos que ofrece Antequera, comparándolos con algunas ciudades de nuestra provincia, no son halagüeños, a la cabeza en el número de plazas sobrantes, más de un treinta por ciento de las ofertadas. Es cierto que la baja natalidad es un problema generalizado de difícil solución, también que las ciudades de costa tienen más oportunidades y alicientes para querer vivir en ellas, pero habrá que buscar atractivos y trabajo para que la gente joven quiera vivir aquí, además de, hacer un cambio de mentalidad para que otros puedan venir a compartir nuestro suelo en igualdad de oportunidades que nosotros.
Este problema, que probablemente no llegue a la mayoría de la población, bien porque esté lejos de tener a alguien que inicie la actividad escolar, o simplemente porque piense que resolverlo no está en sus manos, es más profundo de lo que ofrecen unos datos estadísticos. La solución debe venir acompañada con el menor daño posible a los alumnos que quedan fuera del Centro elegido, a los padres que no tienen porqué entender que su derecho de elección se ve truncado porque no dan los números, al personal docente que puede perder la plaza de la unidad que se elimina y a una sociedad, como la nuestra, que se envejece a buen ritmo y cada vez le resulta, más complicado y complejo, resolver la cuestión.
Por mucho que se diga, desde la Consejería de Educación, que las unidades necesarias están en función de las solicitudes definitivas, el derecho que asiste a los padres debe prevalecer por encima de cualquier criterio a la hora de la adjudicación.
