Hagamos nuestra la frase de María Zambrano: «No se pasa de lo posible a lo real, sino de lo imposible a lo verdadero». Y la calle Larios se llenó de mujeres reales, allí estaba yo con unas amigas de la universidad. Estar en eso momentos en un lugar para mí tan querido y reivindicando algo en lo que creo, es una de las mejores cosas que me ha pasado en los últimos tiempos. ¡Qué subidón!
Unas 50.000 personas, puede ser. Yo veía muchas mujeres de diferentes estamentos. Mujeres fantásticas, de mi profesión, enfermeras, abogadas, publicistas, policías. Mujeres de oficios, o sin él. Amas de casa, adultas, niñas, abuelas, todas luchando contra la indolencia de muchos.
Llegados a este punto pienso en mi madre y en mis hijas. Cuando me hablan del día del libro yo siempre digo que el día del libro son todos los días el año, pues igual con otras causas. Lógicamente el día de la mujer está entre los que yo he destacado siempre, pero con la misma premisa, día de la mujer es ¡todos los días año de todos los días! de todos los años.
Los hombres se sumaron también a esta marcha reivindicativa, todo hay que decirlo. Los mensajes eran de colegios, institutos, hospitales, pequeños comercios… Yo quiero pensar que el cambio está en marcha y si nuestros políticos los de ahora o los venideros no lo entienden, ellos se lo pierden, porque estas no son señales del futuro, son de ahora, de siempre. Si no lo ven tiene ceguera política y estrechez de miras. Cuando digo que lo vean me refiero no que a miren las fotos o vídeos que se han generado de todas nosotras no, eso es sencillo, tiene que leer y no entre líneas, si no lo hacen se degradarán hasta el último escalón del género humano.
Los derechos luchados hay que defenderlos y hacerlos realidad. No nos van a detener en nuestro empeño.