Un paro cardíaco es una situación extremadamente grave que se produce cuando el corazón deja de latir. Es una causa habitual de muerte aunque afortunadamente no siempre es así. Lógicamente tras un paro cardíaco el suministro de sangre al organismo queda interrumpido y si no se restablece rápidamente la persona morirá.
Existen multitud de situaciones diferentes que pueden desencadenar un paro cardíaco, así por ejemplo problemas en la conducción eléctrica del corazón (bloqueo cardíaco, fibrilación ventricular), consumo de drogas de abuso, infarto de miocardio, niveles alterados de magnesio y potasio, esfuerzos físicos extremos y otras enfermedades cardíacas sean congénitas o no.
Tenemos que tener muy claro que un paro cardíaco habitualmente no presenta síntomas previos, de repente estos pacientes dejan de respirar y pierden la conciencia. En algunas ocasiones pueden presentar un mareo previo o dolor en el pecho, pero no siempre es así. En cualquier caso, una rápida actuación es fundamental para salvar la vida de estas personas. Para ello tendremos que avisar a los servicios médicos de urgencia (Teléfono 112) e iniciar inmediatamente la reanimación cardiopulmonar (RCP). Debemos continuar con la RCP hasta que lleguen los servicios médicos de urgencias, tarden lo que tarden en llegar. Si la persona sobrevive al paro cardíaco el médico cardiólogo deberá diagnosticar el motivo de lo que ha sucedido. Para ello y basándose en el historial médico del paciente se pueden realizar pruebas diagnósticas diversas como análisis de sangre, ecocardiografía, electrocardiograma e incluso cateterismo cardíaco por citar algunas.
A veces aunque se sobreviva a un paro cardíaco pueden quedar secuelas graves (lesiones cerebrales) debido al tiempo que ha quedado interrumpida la circulación sanguínea. Hoy para finalizar quiero felicitar de todo corazón a esa madre y abuela que esta semana ha cumplido años. Una luchadora incansable, todo un ejemplo a seguir. ¡Feliz Cumpleaños mamá!