En un centro de enseñanza de Sevilla han instalado desfibriladores. En sesiones de seis horas, han enseñado al profesorado el manejo de estos aparatos para actuar correctamente en caso de que fuese necesario. También el comportamiento que se ha de guardar cuando se produce una obstrucción de las vías respiratorias. Y es muy curioso la cantidad de información errónea que tenemos sobre su uso. Lo primero, es superar el miedo si nos vemos en una situación que se nos obliga a actuar con alguna persona que depende de nuestra rápida y efectiva intervención o peor aún, si somos nosotros quienes sufrimos el accidente.
No es infrecuente las muertes por estragamiento si no tenemos a alguien cerca que nos haga los ejercicios necesarios para poder expulsar el objeto que tapona la respiración, y en caso de que estemos solos, la importancia de saber qué hacer. Si se trata de parada respiratoria, unas manos entendidas y una precisión sobre la zona corporal nos pueden devolver la vida.
Apenas cuatro centímetros cuadrados ocupa la mascarilla para hacer el boca a boca, y aunque parezca un peligro en los tiempos que corren, su uso debe estar garantizado y tiene una importante utilidad.
Hemos avanzado mucho y en casi todas las ciudades se disponen de aparatos para actuar con rapidez mientras llega la autoridad sanitaria, pero también es cierto que el no saber cómo emplearlos nos aleja de una rápida respuesta que en algunos casos puede ser vital. Y que un mal uso puede ser irreversible.
En la calle vemos instalado los desfibriladores, que aunque su sola presencia nos relaje, también nos hace hacernos la pregunta de quién estará cerca de nosotros en caso de necesitarlos. Desde estas líneas, intercedo al Director del Sol que abogue, ante las autoridades locales, para que tanto en los Centros de Enseñanza como particulares que lo deseen, tengan oportunidad de aprender estos cuidados mínimos que revisten gran importancia.
Al fin y al cabo, es un taller de seis horas. Sabemos que tenemos un personal sanitario muy competente que estaría muy dispuesto a colaborar y dar una nueva formación abierta a particulares que quieran. Andaríamos por las calles con más tranquilidad.