En este domingo la Iglesia inicia el Adviento, tiempo de esperanza en medio de los golpes y caídas que está provocando a todos el coronavirus que ya no es una ficción. Es una cruda realidad en donde tras las cifras de infectados y muertos, hay personas a las que se les cortó con su familia, con sus proyectos de vida y les llegó la muerte sin avisar. Hace una semana, nos daban el dato de que en Europa cada 17 segundos está siendo infectado de coronavirus una persona. ¿Qué hacer? ¿Cómo enfrentar el Adviento y la Navidad en medio del coronavirus?.
Fe, esperanza, cuidados, mascarilla, distanciamientos, cumplir los protocolos, son los caminos para cuidar nuestra vida que es imagen y semejanza de Dios. El Advierto así se convierte en este año de Pandemia en una oportunidad para acercarnos a Dios desde el dolor y sufrimiento humano. Son cuatro semanas de preparación a la Navidad en donde hemos de profundizar en nuestra fe y esperanza. Cuatro semanas para salir al encuentro de Jesús nuestro redentor que nacerá entre nosotros para salvar a toda la humanidad.
El Adviento es un camino doble: el que hacemos nosotros hacía Jesús y el que hace Dios hacia nosotros. Para Jesús es un camino de venida. Dios se hace hombre para que la humanidad llegue a su plenitud. El Evangelio nos recuerda que el Adviento es un tiempo para estar atentos, un tiempo para revisar hacia dónde vamos, si hacemos verdadero camino hacia Belén, si preparamos nuestros corazones para acoger con gozo el don del nacimiento de Jesús.
El evangelio de hoy hemos de situarlo en Jesús que está en Jerusalén, sentado en el monte de los Olivos, mirando hacia el Templo y conversando confidencialmente con cuatro discípulos: Pedro, Santiago, Juan y Andrés. Los ve preocupados por saber cuándo llegará el final de los tiempos. Pero a Jesús le preocupa cómo vivirán sus seguidores cuando ya no lo tengan entre ellos… Por eso, una vez más, les descubre su inquietud: “Mirad, vivid despiertos”. Para las primeras generaciones cristianas que aguardaban la inminente llegada de Cristo Resucitado, la vigilancia se convirtió en la palabra clave. Los evangelios la repiten constantemente: “vigilad”, “estar alerta”, “vivid despiertos”.
Según Marcos, la orden de Jesús no es sólo para los discípulos que le están escuchando. “Lo que os digo a vosotros lo digo a todos: “¡velad!”. No es una llamada más. La orden es para los seguidores de todos los tiempos.Y ciertamente hoy los poderosos, los falsos políticos y ciertos medios de comunicación con sus manipulaciones ideológicas, quieren llevarnos al sueño, a la indiferencia y a quedarnos con los brazos cruzados. En medio de la gran desgracia mundial de la pandemia, falsos y populistas políticos nos anulan la responsabilidad del cristiano, la libertad en la educación, aparece la eutanasia y se van imponiendo el descarte de los pobres, emigrantes, ancianos y encarcelados. A la luz del Evangelio: ¿Los cristianos nos quedaremos dormidos?.
Algo tendremos que decir y hacer desde nuestra fe en Jesucristo.Recordemos que Adviento es tiempo de despertarse y reaccionar. Es pecado promover la mutua exclusión o la pasividad. Jesús nos quería ver a todos despiertos, activos, colaborando con lucidez y responsabilidad en su proyecto del reino de DiosEn medio de esta pandemia, levantemos nuestra mirada al cielo y preparémonos para celebrar la Navidad de Jesús, y para vivir y seguir el camino de nuestra vida con Él y por Él, creciendo con fiel perseverancia y conversión en nuestra vida y con el testimonio cristiano.