Esta enfermedad infecciosa realmente es un tipo de neumonía y está producida por una bacteria llamada Chlamydophila psittaci. Este microorganismo se suele encontrar en las heces de los pájaros, concretamente está presente en las heces de loros, periquitos, palomas, tórtolas, pichones e incluso gallinas y pavos.
El contagio se produce al estar en contacto con estos animales e inhalar el polvo de las plumas o de manipular sus heces. Tiene un periodo de incubación de una a tres semanas desde que se produce el contagio. El problema de esta enfermedad es que además de ser poco frecuente produce unos síntomas muy poco específicos. Entre ellos se encuentra dolor de cabeza, fiebre, tos seca, esputo verdoso con sangre y dolores musculares y articulares. Con estos síntomas en ocasiones podría confundirse con una gripe. El diagnóstico utiliza pruebas como radiografías de tórax, cultivo de esputo, TAC o hemocultivo y se confirma con una determinación de anticuerpos. Como en otros muchos procesos infecciosos resulta muy importante un rápido diagnóstico para evitar posibles complicaciones.